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TEMAS MONETARIOS Y FINANCIEROS
COMITÉ DE BASILEA
(por Vicente Llopis Pastor
)


            Basilea se ha transformado en un nombre común al que suele señalarse como el sursuncorda del mundo bancario por ser algo así como un personaje anónimo de mucha importancia y autoridad y al que hay que temer. En eso ha devenido la bella ciudad suiza de Basilea, a orillas del río Rin, centro de la industria farmacéutica y, sobre todo, por ser una plaza financiera de gran importancia y sede del Banco Internacional de Pagos (BIP).

  

            Un poco de historia. En 1962, se creó el Acuerdo General de Préstamos por un grupo de países que accedieron a aportar más recursos para aumentar la cantidad de dinero disponible para los préstamos del Fondo Monetario Internacional (FMI). España no participó en este acuerdo. En el año 1964 este grupo firmante pasó a llamarse el G-10. En el año 1971 este G-10 firmó el Acuerdo Smithsoniano que reemplazaba el tipo de cambio fijo entre las divisas mundiales por un régimen de tipo de cambio flotante. En ello tuvo mucho que ver el que en dicho año el Gobierno estadounidense declarara la no convertibilidad internacional del dólar en oro.

    

Fruto de los trabajos del G-10, en el año 1975 se constituye el “Comité de Basilea”, que es la denominación usual con la que se conoce al “Comité de Supervisión Bancaria de Basilea”, como organización mundial que reúne a las autoridades de supervisión de numerosos países y cuya función es dictar normas para fortalecer la solidez de los sistemas financieros. Entre estos países ya se encuentra España. Hay que decir que entre otras misiones de este Comité también se incluye la de elaborar recomendaciones sobre el blanqueo de capitales.

 

            La Secretaría permanente del Comité se encuentra en las oficinas del BIP en Basilea. Desde su creación el Comité se ha transformado en un foro de discusión para fomentar la mejora y la convergencia de las prácticas y normativas de supervisión bancaria, buscando perfeccionar las herramientas de fiscalización internacional a través de acercamientos de estándares comunes.

  

            Paulatinamente, este Comité de Basilea ha ido cobrando importancia y sus normas son de obligado cumplimiento en la mayor parte de los países, aunque algunos de ellos no participen en dicho Comité. Éste formula normas generales de supervisión y recomienda las declaraciones de buena práctica bancaria para que en cada país se tomen las medidas necesarias a través de sus propios sistemas nacionales, ya sea de forma legal o de otra manera. A pesar de que el Comité no tiene autoridad para hacer cumplir sus recomendaciones, la mayoría de los países, miembros o no, tienden a hacer efectivas las políticas dictadas ya que de otra forma pasarían a ser marginados en el entramado financiero internacional. Durante algunos años este Comité estuvo presidido por el español don Jaime Caruana, Gobernador del Banco de España hasta el año 2006.

 

            Por lo que respecta a las entidades financieras españolas cabe citar algunos acuerdos tomados por el citado Comité que están encorsetando su operatoria. Entre los más conocidos están los siguientes:

 

            Basilea I. Año 1988. Se aprobó el denominado acuerdo de capital de Basilea que introducía unas exigencias mínimas de recursos propios del 8% en función de los riesgos asumidos, principalmente de crédito. Establecía una definición de “capital regulatorio” compuesto por elementos que se agrupan en dos categorías (o “tiers”) que habían de ser suficientes para hacer frente a los riesgos de crédito, mercado y tipo de cambio. El riesgo de crédito era ponderado por categorías y su suma formaba los llamados “activos de riesgo”.

  

            Basilea II. Año 2004. Estos acuerdos consistían en recomendaciones sobre la legislación y regulación bancaria y pretendían la creación de un estándar internacional que sirviera de referencia a los reguladores bancarios, con objeto de establecer los requerimientos de capital necesarios para asegurar la protección de las entidades frente a los riesgos financieros y operativos. Su normativa es algo compleja y trata de variados temas, tales como el cálculo de los requisitos mínimos de capital, el proceso de supervisión de la gestión de los fondos propios, la disciplina del mercado y otros aspectos técnicos para el cálculo de diversas rúbricas. Igualmente se exigía a la alta dirección de los bancos que se involucrasen activamente en el control de riesgos y en la planificación futura de las necesidades de capital mediante una “autoevaluación” propia. Para grupos financieros multinacionales se establecieron “Colegios Supervisores” que, bajo la coordinación del supervisor de la entidad matriz, se encargaran de la coordinación internacional del grupo.

   

            Basilea III. Año 2010. Ante la situación de crisis financiera internacional generalizada se acordaron nuevas normas para fortalecer el capital de las entidades bancarias. Como el anterior, es algo complejo en su descripción y fija nuevos ratios de “tiers” y el concepto de “core capital”. Estas nuevas normas se han de introducir paulatinamente entre enero de 2013 y diciembre de 2018; sin embargo algunos países han abogado porque el proceso se desarrolle en un plazo de tiempo menor, entre ellos España. En síntesis, es un endurecimiento fundamental de los requisitos globales de capital para las entidades financieras. Según declaraciones de Jean-Claude Trichet, Presidente del Banco Central Europeo, ello contribuirá a la estabilidad financiera y al crecimiento económico a largo plazo.

  

            Don Miguel Ángel Fernández Ordóñez, Gobernador del Banco de España, ha valorado positivamente la revisión de las normas de solvencia bancaria que suponen los nuevos requerimientos de Basilea III, que permitirán la existencia de bancos más fuertes y sólidos y despejar las incertidumbres que se planteaban en el sector.

 

            Con solo leer las informaciones que continuamente nos dan los medios de comunicación social se puede deducir que este Basilea III está dando ciertos quebraderos de cabeza a las entidades financieras para poder cumplir sus recomendaciones.    

  

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