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______________________________ al habla con...

Jose Ignacio Hernández Ñiguez

Vicente Esteve Vera ____________________

 

 

 

 

     Para conocer a nuestro nuevo Vicesecretario nada mejor que pedirle una entrevista - a la que accede gustoso y de inmediato-, y que él mismo nos cuente cómo fue acceder a la Junta Directiva. Y esto es lo que nos dice:
– Me asocié a JubiCAM por una llamada que me hizo el anterior presidente y amigo, José Mª Alonso. El entrar en la nueva Junta Directiva que se formó tras su dimisión y asumir este cargo concreto, fue porque me lo pidió otro buen amigo, Pepe Almela, al que no pude negarme. Soy un soporte de Paco Navarro, que es el Secretario y el que lleva el peso en esta tarea, pues yo me valgo de su experiencia para realizar mi trabajo.

     Ahora le pedimos nos relate cómo entró, cuál fue su trayectoria laboral y cómo salió de la CAM. Y esto es lo que nos cuenta:
– Pertenezco a la saga de los Ñíguez, personas muy vinculadas a la Caja. Tres de mis tíos estaban en la Caja del Sureste y dos de ellos fueron posteriormente fundadores de la Caja Provincial de Alicante. Mi padre también perteneció a la primera plantilla de personal de la CAPA.  Recuerdo con 5 ó 6 años el ambiente tan familiar que se vivía en torno a la Caja; algunas tardes coincidía con otros hijos de empleados esperando a que nuestros padres acabasen su trabajo y mientras nuestras madres hablaban de sus cosas nosotros jugábamos en el patio de operaciones.

     Era el verano de 1967 y estaba de vacaciones, había terminado  3º de bachillerato, y un día me dijo mi padre: “Me ha llamado D. Bernardo (primer director general de CAPA) y me ha dicho que si quieres trabajar en la Caja”; sin dudarlo le dije que sí. Y entré como botones-ascensorista en el Edificio Social de la CAPA (Torre Provincial). Fue una promoción para hijos y familiares de empleados y aunque hicimos funciones propias de la Caja durante un año, al pertenecer a otra empresa no nos contó la antigüedad en la Entidad. Durante este tiempo compaginé el trabajo con mis estudios de bachiller, que acabé en el régimen nocturno.  Por oposición pasé a la Caja incorporándome a la oficina de Ángel Lozano y posteriormente a la de Campoamor. Estuve un tiempo haciendo sustituciones y al no tener la edad para conducir iba en autobús a Ibi; dependiendo del día de la semana y la hora de llegada del autobús, en muchas ocasiones tenía que coger el de Alcoy, que me dejaba en la carretera, en el cruce con Ibi, donde venían a recogerme los compañeros. Ingresé voluntario en la mili para quedarme en Alicante y poder trabajar por las tardes en el entonces departamento de Mecanización (actual Informática). Recuerdo que por las tardes antes de entrar a trabajar tenía que pasar por la estación de autobuses para recoger los sobres con la documentación (la valija de entonces) que las oficinas enviaban desde los pueblos; a continuación perforábamos las cintas con la información recibida para su tratamiento. Terminada la mili continué en Informática pero siempre vinculado a Explotación, hasta la fusión con la Caja de Ahorros Provincial de Valencia; entonces me destinaron a la Dirección de Zona de Alicante y, tras corta estancia, al Departamento de Auditoría; después vino la fusión con CAM desplazándome de inmediato a su Auditoría Informática con Ramón Rubio, Pepe López y Pepe Olcina (todos ellos fallecidos), que desde el primer día me recibieron como si hubiese estado con ellos desde siempre. Más que compañeros encontré amigos.

     En la Caja he crecido como persona en todos los aspectos a lo largo de mi vida laboral: en el físico, dado que entré siendo un niño, y en lo humano, porque he tenido la suerte de conocer a personas que con su ejemplo y actitudes me han enriquecido no solo en conocimientos. Recuerdo con especial agrado mi participación en un grupo de trabajo de la ESCA que elaboró el programa “Gestión de la Seguridad de la Información”. Me encomendaron los apartados de Seguridad física y Seguridad lógica, y lo recuerdo gratamente porque se presentó en la Convención Nacional de Auditoría de Cajas de Ahorros que se celebró en Alicante, con nuestra Caja como anfitriona. Mi último servicio fue cuando en las elecciones sindicales de noviembre del 2010 me nombraron presidente de la mesa electoral central y tuve que gestionar algunos problemas. El 29 de junio de 2011, fui el primero que firmó su salida a través del ERE presentado por la empresa. Me siento muy vinculado a la entidad y sigo conservando el orgullo de pertenencia. Mi vida ha girado siempre alrededor de la Caja, de sus empleados y de sus actos sociales. Ahora estoy orgulloso en JubiCAM.

     ¿Cómo es un día normal desde tu cese laboral?
– Tengo más ocupaciones que antes: cuando no hay que pasarle la ITV a un hijo tengo que llevar al perro al veterinario y así un sinfín de tareas, aunque, eso sí, sin agobios. Fui dejando muchas cosas para hacer cuando me jubilara y todavía no he podido retomarlas. La informática me quita mucho tiempo porque siempre hay algún familiar que pide mi ayuda para solucionarle los problemas. Me levanto incluso antes que antes, mi perro (un bichón maltés llamado Lucas) tiene un reloj biológico que no entiende por qué adelantan o atrasan las horas, o si es domingo o fiesta de guardar (cosas de los perros) y me toca sacarlo a la calle. A mi esposa la llevo por las mañanas a su trabajo pero antes desayunamos en la churrería y a continuación hago gestiones de compras, encargos y algunas cosas de la casa. Por la tarde prácticamente es la misma actividad que tenía antes: después de comer, segundo paseo al perro y luego o bien en casa viendo la televisión o con el Facebook, con la familia de paseo, de compras, al cine…, y por la noche al bajar la basura tercer paseo al perro. Aunque también he de decir que pasear a mi perro no me lo tomo como una obligación ya que existe entre nosotros una simbiosis y lo que nos hacemos es un favor recíproco.

     ¿Cuáles son tus aficiones y entretenimientos?
– Hace años inicié una colección de monedas que me gustaría ampliar. Me gusta la fotografía y tengo muchísimas para digitalizar y clasificar. Leo con asiduidad y ahora mismo llevo dos libros en danza: “Los niños de la encarnación”, del escritor alicantino Daniel Segovia y que narra un tema muy actual (niños robados dados en adopciones irregulares) y otro de tema más de motivación: “El líder que no tenía cargo”, de Robin Sharma. Y como libros de cabecera me gustan las poesías de Mario Benedetti. Me paso quizá demasiadas horas ante el ordenador pero “buceo” sobre temas que me apasionan, principalmente rutas turísticas para viajes.

     Nos puedes contar alguna anécdota que recuerdes.
– El día que peor lo pasé en la mili no se me puede olvidar. Estaba de servicio en el cuartel de Benalúa y mi pensamiento no era otro que poder visitar a mi reciente novia. Le pedí permiso al sargento con la excusa de recoger unos libros que necesitaba para un examen y me lo concedió. Por supuesto en vez de los libros lo que hice fue visitar a la novia y nos veíamos en la puerta de la calle, ya que aun no entraba a su casa; estando allí se presentó el sargento y me dijo ¡tú qué haces con mi hermana! (él había ido a visitar a sus padres). Después del mal trago que pasé, el sargento se enteró que yo era el novio de su hermana y a partir de ese momento me fue más plácida mi vida en el cuartel.

     Llevamos casi una hora charlando y todavía no me has dicho dónde naciste y cuál es tu situación personal ¿nos lo cuentas?
– No tengo inconveniente. Soy alicantino nacido en la calle Capitán Segarra el 23.12.1951 y siendo niño mis padres compraron un piso en la calle Barcelona, en el barrio del Pla y nos trasladamos. Cuando a mi padre lo destinaron como director a la oficina de Ciudad de Asís, anexo a la oficina había una vivienda que comunicaba con ella, y allá que nos fuimos a vivir. Cursé estudios de bachillerato en el colegio Juan XXIII y los acabé en el instituto Jorge Juan por las noches, más tarde cursé estudios de derecho en la universidad de Alicante. Con 22 años, el 12.10.1974 me casé con Maribel Puch natural de Ciudad Real y alicantina de adopción ya que a mi suegro, que era militar, lo trasladaron a Alicante cuando ella era muy pequeña. Hemos tenido tres hijos: el mayor, José Ignacio, de 36 años y casado, que trabaja de policía local en Alicante; Cristina, la mediana, que trabaja en el Banco Sabadell-Atlántico y el pequeño, Juan Pablo, de 26 años y que es cocinero profesional. De momento sin nietos pero el primero ya está en camino.

     Para acabar le pedimos su opinión sobre los recortes a JubiCAM y la crisis, a lo que nos responde:
– Los recortes efectuados por los funcionarios del FROP designados por el Banco de España, aunque no los comparto, haciendo un gran esfuerzo por asimilar la situación los entiendo, ya que en estos momentos y transitoriamente Banco CAM es una empresa pública.

     No tengo la menor duda de que los nuevos propietarios tendrán una sensibilidad especial con nuestra asociación dado el objeto social de la misma en donde también podrían integrarse sus jubilados como ya lo hicieron otros compañeros procedentes de distintas entidades fusionadas con CAM. Estar afiliado a Jubicam es seguir manteniendo el contacto con los compañeros y realizar actividades conjuntas. En esta crisis, para mí, el orgullo de pertenencia a la Caja sigue siendo prioritario y si se han hecho algunas cosas mal, alguien tendrá que depurar sus responsabilidades ya que la Entidad representa mucho más que la gestión de algún directivo. Para mí JubiCAM es el vínculo con la Entidad.

     No se puede decir más en menos. Agradezco a Nacho su disposición y buen talante para que por esta entrevista podamos haberle conocido un poco más.

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