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Manuel Gisbert Orozco
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Cornudos y apaleados

Manuel Gisbert Orozco ____________________

 

 

 

 

El idioma castellano es muy voluble, y la simple incorporación u omisión de un punto, coma, tilde o el empleo de los signos de interrogación o admiración, hacen que el significado de una palabra o frase cambie por completo.

     Existen claros ejemplos. Se cuenta que un magistrado redactó una sentencia y después de una serie de considerandos, otrosíes y otras zarandajas que no desvelaban la inocencia o culpabilidad del reo, terminaba con la frase: “Considerando que no debe el reo ser ahorcado”. Con lo que en la práctica lo absolvía de su crimen.

     Sin embargo el presunto inocente era culpable e incluso confeso, por lo que nadie se explicaba tal sentencia y las reclamaciones no tardaron en llegar. El juez, para no verse implicado en un turbio asunto, se lavó las manos que antes le habían untado y no con sebo precisamente. Reclamó el documento de su sentencia y después de leer minuciosamente exclamó: “Aquí está el fallo”. Lo solucionó añadiendo una coma después de la palabra “no”, quedando entonces así. “Considerando que no, debe el reo ser ahorcado”. Con lo que lo condenaba a muerte.

     Viene todo esto a cuento porque el periódico de mi pueblo que ya tiene más de sesenta años de vida, redactó una noticia en la que a  grandes rasgos decía: que el Bloc en voz de su portavoz Sr. Blay había propuesto al pleno de nuestro ayuntamiento que por medio de la Generalitat se pida perdón al Gobierno Italiano por las bombas que nos arrojaron durante la pasada guerra civil española.

     Es decir, primero cornudos y ahora apaleados. Lo lógico es que sea el Gobierno italiano el que nos pida disculpas a nosotros. Pero por mucho que he releído el artículo, he revisado todos los puntos, comas, tildes y lo que haga falta, y allí, tanto en el titular como en el desarrollo de la noticia, dice claramente que somos nosotros, bueno, el ayuntamiento, porque yo no lo pienso hacer, los que pidamos perdón por los bombardeos. Como posteriormente nadie ha rectificado esa noticia en “fe de erratas” la doy por cierta.

     Todo sea que los italianos no se envalentonen y aparte la disculpa nos soliciten les reintegremos el importe de las bombas empleadas, que dado su número, debe ser importante. Aun en el caso de que todo sea un error, por parte de quien sea, considero una gilipollez la moda establecida por diversas instituciones que pierden el tiempo solicitando les pidan perdón, (cuando ellos nunca lo han pedido por nada), por lo que les hicieron otros, al cabo de mucho tiempo e incluso siglos, y cuyo nexo de unión con los de ahora es únicamente su nacionalidad.

     Con la que está cayendo ahora y la  multitud de casos  que hay  para solucionar  me  parece demencial que nuestro  ayuntamiento se entretenga en esas cosas.

     Hoy en día es más fácil sacarle dinero a un político que su solicitud de perdón, pues entre otras cosas el dinero no es suyo, lo paga el contribuyente, pero el orgullo sí es el de él.

    Y aprovechándonos de esto, otra cosa hubiera sido si en dicho pleno se hubiera acordado enviar un escrito al Gobierno italiano, y decirle que por culpa de los bombardeos de su aviación durante la guerra civil española, la ladera del rio Barchell quedó inestable y que ahora, al cabo de setenta y cinco años, se ha ido al traste y ha cortado una calle que une el casco viejo de Alcoy con la zona norte sin tener que dar un gran rodeo. Y así llevamos más de un año.  Como el presupuesto para arreglar eso solo asciende alrededor de 200.000 euros, que es mucho para nosotros aunque nos gastemos más del doble en fiestas y verbenas,  pero para los italianos solo es “pecata minuta”, con un poco de suerte igual nos los envían y arreglamos de una vez la dichosa calle que parece que lleva ya casi un siglo cortada.

    Claro que eso sería pensar y tener imaginación y creo que estoy pidiendo demasiado, pero ya que se tiene una iniciativa por lo menos saquemos algo de provecho.

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