Partimos un grupo de 48 personas entre compañeros, familiares y amigos desde la estación de RENFE de Alicante. Sobre las l9,45 horas llegábamos a la estación de Oviedo. Allí, nos esperaba el guía acompañante y el chofer del autobús con el fin de trasladarnos a nuestro hotel en Oviedo. Acomodación, cena y alojamiento.
Día 14 de Mayo.- Después del desayuno, junto con Miguel, nuestro primer guía, iniciamos la visita a la capital del Principado de Asturias.
Comenzamos con una visita panorámica de toda la ciudad, barrio de La Florida, el nuevo campo de fútbol, los hospitales, el edificio vanguardista diseñado por Calatrava -donde se encuentra el Palacio de Congresos y el hotel Eyre-, el Auditorio Príncipe Felipe, dejamos a nuestra derecha el Campo Universitario y el Colegio de la Gesta, el Parque de Invierno y, desde el barrio San Lázaro nos adentramos en el casco antiguo. Pie a tierra y visita a su Catedral del Salvador... que es la joya de Oviedo. De estilo ojival, destaca su hermoso retablo mayor, gótico florido, y el claustro, que armoniza con el resto del templo.
En el casco antiguo se concentra la esencia de la ciudad, de sus monumentos, de su historia y de su idiosincrasia. Pasear por sus calles es una gozada, nos transmite limpieza, olor por sus jardines y el sabor y el aroma de la vieja ciudad, trasladándonos a sus orígenes en el siglo VIII, a su recinto amurallado, a la ciudad medieval.
Oviedo ha sabido conservar su patrimonio, mejorándolo, y realizar una perfecta transición entre lo antiguo y lo moderno. Por la tarde, la recorrimos y disfrutamos de ella.
Día 15 de Mayo.- Una vez desayunados, acompañados de Rosa, nuestra nueva guía, salimos en dirección a San Vicente de la Barquera, pequeño puerto pesquero santanderino; para acceder a la villa hay que atravesar un larguísimo puente. Apenas entramos en la localidad, empezó a “orvallar” (llovizna perenne o calabobo) y no volvió a parar hasta nuestra salida de la villa. Realizamos una visita al casco antiguo.
Continuamos nuestra excursión y visitamos la hermosa población marítima de Llanes, ubicada sobre la ría de Carrocedo. Ciudad muy antigua que conserva trozos de su muralla almenada, casas blasonadas, y sobre todo su iglesia de Santa María, de estilo gótico. La guía nos comentó que dentro de las costumbres y tradiciones su mayor exponente es la rivalidad existente entre los cofrades, festeros y los diversos actos realizados en la villa entre las tres Capillas y barrios de la ciudad, Magdalena, San Roque y De la Guía.
Es digno de destacar “Los Cubos de la memoria” de Agustín Ibarrola...
Igualmente, merecen una mención especial las Casonas de Indianos, palacetes que se construyeron gracias al dinero llegado de América en los siglos XIX y XX y que se distinguen con una palmera decorativa en su jardín.
Desde allí nos desplazamos a Villaviciosa, reconocida como la capital de la sidra, donde nos ofrecieron un suculento almuerzo.
De regreso visitamos el pequeño puerto de Tazones.
Día l6 de Mayo.- Esta excursión estaba programada para visitar a la “Santina”. Nos dirigimos a Covadonga, maravillosa aldea situada en uno de los parajes más bellos y emocionantes de España. El mejor paisaje se divisa desde la explanada de la Catedral. Covadonga se alza en un promontorio rocoso y de escasa de vegetación en medio de montañas, que contrasta con la vegetación del valle. Visitamos los lagos, cubiertos de nieve, la Gruta, donde se encuentran los restos de don Pelayo, así como la Basílica. Regreso a Cangas de Onís, ciudad conocida por su puente romano- hoy dicen que es medieval- a la entrada de la ciudad, y desde allí, a escasos kilómetros, a Arriondas, tierra de piraguas, protagonista durante el verano de numerosas pruebas deportivas y competiciones. Conocido es el Descenso Internacional del Sella, la más famosa prueba de piraguas de todo el mundo en su categoría, que tradicionalmente se celebra durante el primer fin de semana de agosto. Allí almorzamos.
Por la tarde, nos dirigimos a Ribadesella, en donde están ubicadas las célebres cuevas de “Tito Bustillo”. Importante estación veraniega de Asturias. Desde esta población comienza la llamada “Costa Verde”, hasta Luarca...
La anécdota del día fue la subida, caminando, a la ermita de la Ntra. Sra. De la Guía; en el ascenso descargó una fuerte tormenta de agua, sin posibilidad de guarecernos en ninguna parte, y terminamos como los huevos – pasados por agua-.
Visitamos la preciosa y singular villa porteña de Lastres, cuyo casco histórico ha sido declarado Bien de Interés Cultural. Su puerto pesquero, que antaño fue uno de los más importantes de Asturias, hoy se ha convertido en puerto deportivo.
Regreso al hotel y fin de la excursión.
Día l7 de Mayo.- Excursión de día completo, que iniciamos con la comarca de Vaqueira (trashumantes que vivían de la ganadería), con visita a Cudillero. Esta población pertenece al término de Pravia, su denominación viene de “codo”, puerto pesquero que está representado como un anfiteatro incrustado entre la montaña y el mar, flanqueado por los ríos Piñera y el río Muerto (totalmente canalizado); encima del mismo, está instalado el pueblo. Sus casas excavadas a pie de montaña, han conservado el sabor tradicional de los pueblos asturianos, pudiéndose ver todavía a los pescadores volviendo de la faena para subastar en la lonja del pueblo. Continuamos nuestro periplo y nos encontramos con Luarca. Su configuración urbana cuenta con una referencia muy clara: el caprichoso trazado del río Negro que transcurre en meandros en su travesía por la ciudad. En lo alto de la ciudad visitamos el cementerio en donde reposan los restos del científico Dr. Severo Ochoa. Luego nos dirigimos a Ribadeo, localidad gallega, en donde realizamos a penas una pequeña visita, puesto que no paraba de llover, y era buena hora para tomar el pulpo típico de la zona.
Vuelta al autobús, y almuerzo en Otur.
Por la tarde, ya de regreso, visitamos Avilés, la tercera ciudad del Principado, que adquirió fama gracias a las comunicaciones ferroviarias; su crecimiento se debe a las industrias del cinc y el vidrio, con sus altos hornos. El símbolo de la ciudad está representado por la Fuente de los Caños de San Francisco. Por último, nos dirigimos al Cabo de Peñas, accidente más septentrional de Asturias. Fin de la excursión y regreso al hotel.
Día l8 de Mayo.- Día lluvioso, de frío y desapacible, nos centramos en Gijón, el lugarín de Jovellanos. Ciudad veraniega y centro de la llamada Costa Verde.
Sin salir del autobús, recorrido por la ciudad, zona del Molinón, Playa de San Lorenzo, visita a la ciudad universitaria y subida al mirador de San Lorenzo; con destreza, con una mano en el paraguas y con la otra la máquina de fotografiar, realizamos unas pequeñas tomas. Y vuelta al autobús.
Tiempo para visitar la ciudad y tomar unos vinos y regreso al hotel para el almuerzo y resto de tarde libre para disfrutar de Oviedo.
Día 19 de Mayo.- Regreso en tren hasta Alicante y vuelta a lugares de origen.
Concluimos este viaje con la sensación de que Asturias tiene muchas cosas que ver, tiene muchas cosas que oír, pero tiene muchas más que sentir. Es generosa 
en espacios naturales de extraordinario atractivo. La belleza y la emoción son inseparables, donde la distancia entre la alta montaña y mar es mínima y donde los bosques sombrean los ríos.
Por último, no puedo de dejar de mencionar su gastronomía. Si el paisaje es sorprendente, no lo es menos su gastronomía. En la ciudad se encuentran buenas sidrerías y sus restaurantes ofrecen a diario una oferta gastronómica que va desde una cocina tradicional a una cocina sofisticada que por lo general utiliza la propia materia prima de su tierra, berzas, fabes, etc... Y aprovecha su mar fuerte y batido de la costa para ofrecer sus pescados y mariscos, aunque en toda la región la reina de la cocina es la Fabada regada por una buena sidrina.
Con este buen sabor, y con mi agradecimiento a todo el grupo por su excelente colaboración y a la buena predisposición del Corte Inglés y su diligencia en solucionar cualquier pequeña incidencia, os saludo.
Hasta pronto.
