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150 AÑOS DEL BANCO DE ESPAÑA

 

 

VICENTE LLOPIS PASTOR

                Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales

Parece que fue ayer, pero ya han transcurrido ciento cincuenta años desde que se fundara el Banco de España, entidad a la que continuamente hemos identificado como la imagen de opulencia, poderío y dinero. Durante este siglo y medio ha sido casi siempre el único banco emisor de billetes en nuestro país y su nombre aparecía en ellos bajo la sempiterna fórmula de “El Banco de España pagará al portador”. Unió su destino a la peseta; o mejor, fue esta última la que confió su vida y su salud a las hipocráticas manos del Banco. Ahora, con ciento cincuenta años a sus espaldas podemos analizar su aportación a la historia económica española cuya biografía está festoneada por múltiples avatares, cambios orgánicos, crecimientos, cambios funcionales y toda la anamnesis que puede ofrecer un ser vivo.

Recordemos que el Banco de España nace como sucesor del Banco Español de San Fernando, al que se cambia el nombre y se le da carácter oficial por la Ley de 28 de enero de 1856, perdiendo entonces el privilegio de emisión de billetes de que disfrutaba el anterior Banco de San Fernando. Posteriormente, por Decreto-Ley de 19 de marzo de 1874, promovido por el entonces Ministro de Hacienda don José Echegaray, se concede al Banco de España el privilegio de ser el único Banco emisor de billetes en nuestro país. Es a partir de ese momento cuando en España el billete inicia su introducción como medio de pago generalizado en todo el país, si bien con adhesión voluntaria y, por supuesto, convertible en moneda metálica en las cajas del Banco. Igualmente pasa a realizar las funciones de Tesorero del Estado.

Las emisiones de billetes eran independientes por cada sucursal del Banco y la obligación de su convertibilidad era exclusiva en cada sucursal emisora, pasando a ser la emisión y convertibilidad global para todo el conjunto de sus sucursales, indiferentemente de la que lo hubiese emitido, a partir del año 1884. Una Ley de 13 de mayo de 1902 establece un control riguroso para la expansión fiduciaria e introduce modificaciones en las relaciones del Banco de España con el Estado, con lo que se inicia un proceso de creciente intervencionismo de Estado sobre el Banco emisor. La primera Ley de Ordenación Bancaria, de fecha 29 de diciembre de 1921, configura al Banco de España como Banco Central de Emisión con funciones de Banco de Bancos y la posibilidad de operar con particulares. Veinticinco años después, una nueva Ley de Ordenación Bancaria, de 31 de diciembre de 1946, refuerza estos cometidos.

El Banco de España es nacionalizado por el Decreto-Ley 18/1962, de 7 de junio, y desde entonces una serie de normas fragmentarias fueron regulando sus funciones, facultades, organización y administración, hasta llegar a la Ley 13/1994, de 1 de junio, con algunas modificaciones posteriores, por las que el Banco de España pasa a ser el ejecutor de la política monetaria del Estado, sin posibilidad de que el Gobierno acuda en casos de necesidad de liquidez a obtenerla automáticamente del Banco emisor.

Actualmente el Banco de España es parte integrante del Sistema Europeo de Bancos Centrales (SEBC) y está sometido a las disposiciones del Tratado de la Unión Europea y a los estatutos del SEBC; ajustándose para ello a las orientaciones e instrucciones emanadas del Banco Central Europeo (BCE), uno de cuyos objetivos principales es la estabilidad de precios en la zona del euro.

Hoy el Banco de España sólo mantiene un páli- do reflejo del poder que tuvo tiempo atrás. Restringida buena parte de su capacidad para tomar decisiones au-tónomas, todavía sostiene el marbete “de España” que parece cada vez más difuminado como vocablo identi- ficador de una realidad. En los tiempos actuales soplan otros vientos y nuestro admirado Banco de España se ha transformado en una pequeña parte de ese omnímo- do individuo que se llama BCE y ha de hacer sólo lo que le dicte el “cerebro de Franckfurt”, por ser esta ciudad alemana la sede del BCE. Ello supone algo más que el simple cambio de “Banco de España” por “Banco Central Europeo” y el de “peseta” por “euro”.

            Un abrazo a todos.

 

 

 

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