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El pasado día 14 de Febrero tuvo lugar el VIII foro de debate, que por su temática había despertado una gran expectativa. Y no defraudó. Al menos a mí no me defraudó.
Si alguien desconocía –no era mi caso- o dudaba del conocimiento que sobre la materia a tratar tiene el ponente Pepe González, o sobre su capacidad para hacerse entender, ha quedado convencido, no lo dudo, después de la celebración del foro.
Pero yo, que me confieso aprendiz o analfabeto sobre el tema que nos ocupa, salí sin haber alcanzado todas las expectativas que previamente me animaban.
Porque creo que, pese a los reiterados esfuerzos del ponente por reconducir la sesión al tema de cabecera, las intervenciones de los compañeros asistentes rehuían la cuestión de “qué hacer con mi pensión y con mi patrimonio”, para centrarse en “qué hace la Caja con mi fondo de pensiones”; cuestión esta que, aparte de que no creo fuera el tema del foro, según mis cortas luces nos deja escaso margen de maniobra, mientras que el tema propuesto para el debate pone en nuestras manos la decisión última sobre qué hacer con nuestro dinero.
Y es ahí donde Pepe González trataba reiteradamente de encauzar su brillante intervención que, gracias a su evidente maestría, sí despertó un gran interés sobre el tema de debate.
Véase si no la unánime reacción de la audiencia cuando propuso tratar por personal especializado de su área con cada uno de nuestros compañeros que puedan estar interesados, la problemática particular de cada uno de ellos, y esto antes de que finalice el ejercicio dados los cambios fiscales que se apuntan en un horizonte más bien cercano.
Yo, por supuesto, me apunto ya a esta iniciativa convencido de obtener evidente provecho de las enseñanzas que reciba.
Gracias, Pepe, por la lección magistral que nos has dado.
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