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AL HABLA CON ... * MIGUEL MOROTE AMONDARAIN
 
Ante la proximidad de las festividades de Navidad y Año Nuevo, la primera pregunta de rigor es obligada ¿Qué le pides a los Reyes Magos? Y me responde: Lo más gratificante sería ver incrementado el trato humano, llevando de verdad la solidaridad a todos los rincones de nuestro entorno, ya que la comunicación con roce genera cariño. Y esa relación, además, que se ejercite con todas las personas.

Quien así se ha expresado es nuestro Tesorero de JubiCAM, al cual le pido que nos haga una breve descripción de su vida laboral y personal para conocerlo un poco mejor. Y esto es lo que nos cuenta:
Nací en Madrid, en 1940, en el seno de una familia humilde, y allí residí hasta 1975 en que me salió la oferta de venirme a Alicante a desempeñar mi trabajo en la Caja de Ahorros Provincial, y aquí estoy desde entonces, sintiéndome un alicantino residente de adopción.

En mi recuerdo está el sacrificio de mis padres por sacar adelante la familia. Rememoro mis primeras letras, aprendidas en la cocina, en el regazo de mi madre, antes de asistir al colegio público del barrio, de cuyo ´maestro de escuela´ nunca me olvidaré. Pasé luego a los Salesianos de Estrecho, haciendo una caminata diaria de unos cinco kilómetros, y allí recibí una formación personal y profesional que me sirvió de mucho a lo largo de mi vida; el centro estaba protegido por el Duque de Alba, padre de la actual Duquesa, la cual se encargaba entonces de repartir la comida en los cursos superiores.
A los quince años conseguí mi primer trabajo como aprendiz en el almacén de una droguería, donde realizaba los repartos y aprendí las mezclas de pinturas. Preparé oposiciones para banca, y en 1956 entré de botones en el Exterior de España, hasta las convocatorias de auxiliar; el propio Banco me financió los estudios de Comercio Internacional en el ICADE, y con la formación adquirida pasé al Departamento Central de Extranjero, lo que me sirvió de trampolín para pasar a CECA y ocuparme en Moneda Extranjera de las relaciones con el Banco de España-IEME, y allí estuve del 1970 al 75.
Recuerdo de aquella época el típico pluriempleo, y yo lo aproveché para iniciar mi gran ilusión por la música: inicié los estudios de solfeo y armonía en el Real Conservatorio, y estos conocimientos me sirvieron para dar clases particulares de solfeo y acordeón a hijos de militares de la base aérea de Matacán (Salamanca), donde hice mi servicio militar y en la que además tenía la responsabilidad de llevar la contabilidad oficial. Esto me reportó muchos permisos, que aprovechaba para ir al Banco y sacarme el sueldo completo.

Volviendo a mi desembarco en Alicante te diré que llegué a la CAPA de la mano de Antonio Hernández Cases para crear el Departamento de Extranjero, por las exportaciones de ciudades tan industriales como Jijona, Villena, Ibi, Elda, etc., pero se me presentó una disyuntiva: ir a una ciudad que nunca había visitado llevándome dos familias, la mía y la de mis padres (para lo cual la CAPA me resolvía el tema ofreciéndome dos pisos con créditos asumibles), o quedarme donde estaba.
Decidí venir, y la carrera de mi esposa, Angelita Arenas, farmacéutica, quedó truncada porque se tuvo que olvidar de su farmacia en Carabanchel y de sus formulas magistrales para pasar a ser ama de casa en dos pisos y dedicarse a su familia; ya teníamos al hijo mayor, y ella, además, me ayudaba a supervisar los manuales y circulares, llegando a un gran conocimiento en los temas de las “pesetas convertibles”. Tuvimos otro hijo en Alicante y actualmente tienen respectivamente 33 y 25 años.

Con la fusión me integro en la CAM en Tesorería, con Luis Mira, hasta mi prejubilación en el 95. Contactó conmigo el Sr. Lidón para incorporarme a la Agrupación Europea de Cajas, pero en ese momento no pude aceptar porque estaba llevando los temas económicos en mi Parroquia del barrio de Babel y la sección de golf en el Club CAM.
Algo más tarde me captó para la Asociación el responsable de viajes de JubiCAM, Cecilio Méndez, y el Presidente me propuso para sustituir al tesorero Aurelio Rodríguez que, por haberse proclamado campeón internacional senior de golf, no disponía de tiempo para compatibilizar su cargo. Y aquí estoy desde el 2000, en que me “enchufaron” la tesorería y además llevo el desarrollo informático de la red interna; y como guinda colaboro en la web del Boletín por sugerencia de Paco Bernabeu.

Le pregunto qué le pediría a los socios de JubiCAM y responde: Colaboración y que asistan a los actos que se realizan para aumentar nuestras relaciones y aprender las cosas interesantes que nos enseñan en los Foros de Debate que, por cierto, debían ampliar el tiempo para poder sacarles más provecho.
Además, soy de los que creen firmemente en que cualquier asociación busca influir en el entorno en que se mueve, y cada día son más necesarias por el mundo tan materializado en el que vivimos y en el que su becerro de oro es el euro. Debemos entrar en la espiral de esposa, hijos, familia, compañeros, asociación, antes de salvar el mundo. Además de JubiCAM estoy en la Parroquia “La Resurrección del Señor”, en el barrio de Babel, como Administrador y responsable de la rama de Cáritas. Todavía me reúno, en la comida de Navidad, con los del área de Tesorería para seguir manteniendo vivas las relaciones con los antiguos compañeros.
Me ha encantado la creación de la Asociación Voluntarios CAM porque así se ha involucrado al personal en tareas sociales y medio-ambientales.

Le hago ahora una serie de preguntas para respuestas rápidas y esto es lo que dice: Pregunta: ¿Una comida? Respuesta: El arroz en sus mil variantes. P: ¿Un vino? R: Rosado de la Comunidad Valenciana P: ¿Sidra o cava? R: Sidra. P: ¿Una ciudad? R: Sevilla. P: ¿Un deporte? R: Golf P: ¿Una canción? R: Muñequita linda, por los recuerdos que me trae P: ¿Un animal? R: Perro P: ¿Mar o montaña? R: Montaña P: ¿Marca de coche? R: Estoy muy contento con el Alfa Romeo P: ¿Dulce o salado? R: Salado P: ¿Un color? R: Azul cielo.

Le pregunto por las diferencias entre el ayer, no muy lejano, y el hoy que estamos viviendo y me responde: En los años 50 los botones eran carne de cañón, pero trabajando se llegaba hasta Interventor de Sucursal. Los Directores llegaban por otros medios, sobre todo por estar relacionados con el mundo de los negocios, y nos complementábamos. Hoy, con buena preparación siempre se llega.
Aunque quizá sobran “titulitis” universitarias y faltan buenos profesionales salidos de la Formación Profesional. En lo social, antes se saludaba a todo el mundo y hoy están las relaciones humanas muy degradadas por la inseguridad.

Y para terminar, le digo que he oído algo anecdótico que le ocurrió con el Obispo ¿nos lo cuentas?. Efectivamente, fue en una ocasión en que como administrador de la Parroquia, tuve que leer la memoria de la realización de los locales en la barriada nueva, con carencia de aulas de catequesis que, por fin hicimos realidad con la financiación de un crédito blando de la CAM, los donativos de los feligreses y el primer millón que puso el Obispado.
Hoy no hay deudas. Después de mi “perorata/informe” se ofició la Misa, y allí estaba Morote en el órgano acompañando los cánticos. El Obispo agradeció al final la colaboración de todos y especialmente a Miguel ´el de la corchea´. Y así me llama desde entonces.

Pues nosotros te seguiremos llamando amigo Miguel, que tampoco es un mal título.

 

 

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