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POESÍAS
 
DERRAMA EN ÉL TU FUERZA ENGENDRADORA

“Dale a mi verso, mar, la ligereza,
la gracia de tu ritmo renovado”.
(R.Alberti – “Pleamar”)

Derrama en él tu fuerza engendradora,
tu sal, tu voz, tu aroma, tu latido,
todo ese impulso nuevo, estremecido,
con que te desperezas cada aurora.

Destrenzando corrientes, pon ahora,
sobre mi verso virgen, tu sonido,
-un rumor cadencioso y repetido-,
y embriaga mi ilusión ensoñadora.

Pon en él la semilla de tu arena,
el himno del tritón y la sirena,
la caricia nevada de tu espuma...

Y, así, será mi verso luminosa
fuente de sueños, viva y rumorosa,
nacida de tu gracia y de mi pluma.
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LA MAR ANTE MIS OJOS, BAJO EL CIELO

“Me siento, mar, a oirte.
¿Te sentarás tú, mar, para escucharme?”
(R.Alberti – “Pleamar”)

La mar ante mis ojos, bajo el cielo,
fundiéndose con él en lejanía
como una línea azul... La crestería
de su paisaje, remontando el vuelo...

La mar aquí, tendiéndome su velo
de espumas luminosas... La armonía
de su vaivén, poniendo todavía
una humedad de gotas, en el suelo...

La mar aquí, quebrando sus espejos
contra el acantilado, en cabriolas,
dando a la brisa su canción suave...

La mar recomenzando sus reflejos
y, teniendo su rumbo entre las olas,
mi corazón de tierra, vuelto nave.

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