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ASÍ ES LA NAVIDAD

 

 

 

CANCIÓN DE NAVIDAD

 

 

Ángel J. García Bravo

José L. Ferrándiz Sturm.

 

Amigos:  La Navidad

se nos va de entre las manos

si pensamos que es:  turrón,

polvorones, mantecados,

comidas sobreabundantes,

champán espumoso y caro

y un “Papá Noel” que viene

vestido de colorado

con sonoras carcajadas

que dan sonido a su paso

mientras conduce un trineo

“cargadito” de regalos.

 

            Porque la Navidad es

el divino cumpleaños

de Jesucristo, de El Verbo,

que, con amor, encarnado

en el seno de La Virgen,

por el Espíritu Santo,

vino a tomar nuestra carne

y, así, nació en un establo

de Belén; que se hizo hombre

para subir al Calvario

y borrar, con sangre suya,

los estigmas del pecado,

puesto en cruz, por redimirnos,

como un celestial abrazo;

y que llegó a hacerse pan

para que, así, le comamos

y nos aguarda, día a día,

oculto en el Tabernáculo.

 

            ¡¡Así, sí es la Navidad!!

¡¡Así hemos de celebrarlo!!

¡¡Así sí “cabe” el turrón

y proceden los regalos

y los villancicos tienen

un inenarrable encanto

y Jesucristo, -Dios Niño-

nos sonríe desde lo Alto

 

Santa María nos bendice,

San José nos da la mano

y cien ángeles chiquitos

repetirán nuestros cánticos!!

 

            ¡¡VAMOS A VER A JESÚS

PORQUE ÉL NOS ESTÁ ESPERANDO

EN EL BELÉN PRIMOROSO

QUE ES EL BELÉN DEL SAGRARIO!!

 

 

El fin de año huele a compras

enhorabuenas y postales

con votos de renovación,

y yo que sé de otro mundo

que pide vida en los portales

 me doy a hacer una canción.

 

       Aquél que luce estar de acuerdo

maravillosamente todo

parece al fin a celebrar,

unos festejan sus millones,

otros la camisita limpia,

y hay quien no sabe qué es brindar.

 

        Mi canción no es del cielo,

las estrellas, la luna,

porque a ti te la entrego

que no tienes ninguna.

 

        Mi canción no es tan solo

de quien pueda escucharla,

pues a veces el sordo

te da más para amarla.

 

        Tener no es signo de malvado

y no tener tampoco es prueba

de que acompañe la virtud,

pero el que nace bien parado

en procurarse lo que anhela

no tiene que invertir salud.

 

        Por eso canto a quien no escucha,

a quien no dejan escucharme,

a quien ya nunca me escuchó,

al que en su cotidiana lucha

te da razones para amarle,

a quien nunca nadie le cantó.

 

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