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Baldomero Santana

    CRÓNICA DE UN CRUCERO ENTRE DOS CONTINENTES

24 de Septiembre a 1 de Octubre de 2007



         El día 24 de Septiembre nuestro grupo -98 personas- inició el viaje al extranjero que todos los años viene programando nuestra Asociación, volando de Madrid a Estambul, desde donde teníamos que embarcar en el “Grand Voyager” para visitar algunas islas griegas, Atenas, y después Dubrovnik (Croacia), para terminar en Venecia. La organización técnica del viaje estuvo a cargo de la Agencia “Grupo 4”.

 

         Al llegar a Estambul, a las 23:25 hora local, hubo que adelantar el reloj 1 hora.  Después de los trámites aduaneros (el aeropuerto está en la parte asiática de la ciudad), nos desplazamos unos 70 km. para llegar al puerto marítimo, que está ya en continente Europeo, por lo que tuvimos que cruzar el famoso puente sobre el Bósforo. Tras alojarnos en nuestros camarotes nos fue ofrecido un buffet para reponer fuerzas, y ya el día 25 hicimos la primera excursión: ESTAMBUL CLASICO, en la que visitamos La Mezquita Azul, el Museo de Santa Sofía y el Gran Bazar, así  como una exposición de alfombras turcas presenciando sus métodos artesanales de fabricación. Durante estas visitas pudimos apreciar la gran cantidad de turistas de los 5 continentes que llenan de colorido aquellas pintorescas poblaciones. Por la tarde, después del almuerzo, se hizo a la mar nuestro barco, el Grand Voyager, con más de 800 personas de pasaje y una tripulación de unas 160 personas. Destino: la isla de Rodas.

 

         A mediodía del 26, atracamos en la famosa isla del Coloso y visitamos Lindos, pequeño pueblo turístico a unos 60 km. del puerto, con todo tipo de establecimientos para atender a una nutridísima concurrencia. Alrededor de unos 20 miembros de nuestro grupo se atrevieron a subir a la Acrópolis, desde nos dijeron que las vistas eran impresionantes. Seguidamente el autocar nos llevó a la ciudad de Rodas, y lo poco que allí pudimos ver, por razones de horario, nos encantó por su monumentalidad e historia, con palacios y edificios nobles en todo la población. Nos hubiera gustado realizar una visita más sosegada aún a costa de haber prescindido de Lindos. Este fue el sentir generalizado de todo el grupo viajero, pues era más importante conocer la ciudad de Rodas.

 

         A las 21 horas nuestro barco zarpó con destino a la preciosa isla de Santorini, a donde llegamos sobre las 7 de la mañana. El puerto se halla junto a un antiguo volcán y la pequeña población está muy por encima del nivel del puerto; se asciende por medio de un funicular aéreo, o bien a lomos de burros de alquiler, o andando. Los que subieron quedaron impresionados por las vistas que pudieron contemplar desde la altura.

 

         En la tarde del mismo día, tras dejar Santorini y después de 4 horas de navegación, se llegó a la isla de Mykonos, que nos gustó a todos sin excepción por la belleza de su capital, las casas blancas, los pasajes estrechos y sus numerosas playas. Hay que destacar la gran cantidad de iglesias  y ermitas. Los bares y restaurantes a pie de playa, iluminados por la noche, ofrecían un aspecto muy acogedor.

 

         En la madrugada del día 28, el barco puso rumbo hacia el puerto del Pireo, adonde llegamos alrededor de las 7, tras una plácida navegación. Nos esperaba un autobús para realizar una visita panorámica de la ciudad portuaria y nos dirigimos hacia Atenas para visitar la Acrópolis (junto a miles de turistas y con un calor sofocante) y posteriormente el casco histórico de la ciudad. “La Plaka” es el centro neurálgico que recorrimos a pie, dándonos la posibilidad de realizar algunas compras o bien poder descansar de la dura ascensión y visita a la Acrópolis. Finalmente volvimos al barco para zarpar con destino a Corfú.

 

         Corfú es la isla más poblada, así como la más septentrional, de Grecia. En autobús nos desplazamos para visitar un monasterio ortodoxo en el que hicimos las obligadas fotos de grupo de nuestra expedición. En el centro histórico de la capital nos sorprendió la enorme dimensión de sus parques y jardines; según nos dijeron es una herencia de la presencia británica en la isla. Hay grandes cafeterías, todas muy frecuentadas, y su comercio muestra evidentes signos de modernidad e importancia. A los que no conozcan Corfú les recomendamos una visita sin prisas.

 

Tras el almuerzo a bordo, nuestro Grand Voyager puso rumbo a Dubrovnik, y tuvimos que retrasar 1 hora nuestros relojes cuando llegamos a la famosa ciudad croata, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Casi todos los compañeros utilizamos taxis para llegar hasta las puertas de la muralla y después realizamos a pie el recorrido por el interior, que es zona peatonal, admirando sus iglesias y monumentos oficiales. En la zona portuaria, al otro extremo fuera de la muralla, abundan los comercios, bares y cafeterías, todo del mayor agrado de la expedición de Jubicam. Algunos tomaron lanchas motoras para visitar el puerto y pequeñas islas alrededor. Esta fue posiblemente la más completa de nuestras visitas, y la que sin duda nos complació más.

 

Tras el almuerzo a bordo, nuestro barco emprendió el rumbo a Venecia, nuestra última escala. Sobre las 7 de la mañana del día 1 de Octubre nuestro barco surcaba los canales de Venecia. Fueron muchos los que madrugaron para ver el paso por las cercanías de la fastuosa Piazza San Marcos, antes de atracar en el puerto.

 

 

 

Disfruta con las mejores imágenes tomada por el compañero Antonio Pedreño

 

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