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Vicente Esteve

   AL HABLA CON...

JUAN VICENTE PÉREZ ORTIZ

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Juan Vicente, sin recurrir al diccionario, ¿diferencia entre Astrología y Astronomía?

 

– Lo primero es superstición (horóscopo) y lo segundo es la ciencia que trata del Universo.

 

¿Es difícil ser astrónomo?

 

– Muy fácil y apasionante. Te engancha. Siempre, claro, estamos hablando en el campo del aficionado. Además, puedes empezar a cualquier edad. Igual que con cualquier hobby.

 

Y el astrónomo ¿nace o se hace?

 

– Todos llevamos uno dentro, pero hay que hacerse. El primer ser humano ya fue el primer astrónomo al mirar el cielo y preguntarse ¿dónde estamos? Y ese querer conocer te hace ser en potencia un posible astrónomo. A partir de ahí comienzas a Observar, a Comprender y finalmente a Disfrutar. Intelectualmente es el mejor de los disfrutes, desde mi punto de vista, cuando reconocemos que somos capaces de comprender el Universo.

 

¿Recuerdas tu primera incursión en el campo de la astronomía?

 

– Fue muy curioso. Siendo joven, con un catalejo miraba los pajaritos, y una noche vi una estrella y apunté a ella; cual no sería mi sorpresa al observar que aquello era una bola con un anillo a su alrededor. ¡Era Saturno! Y a partir de ese momento se apoderó de mí un ansia por conocer algo más de todo aquello. Yo sabía que “existía” pero no fue lo mismo “descubrirlo”. A partir de entonces me construí mi propio telescopio, que por aquella época era el mejor de la provincia; estoy hablando de los años 80 y 81. En el año 86, cuando apareció el cometa Halley, un periodista del diario Información vino a mi casa a verlo y me hizo un reportaje que salió en la sección “La Tiza”. Mi sorpresa fue cuando entré al despacho del Director General, Sr. Oliver, a entregarle, como todos los días, la hojita del ahorro y estaba leyendo la entrevista. Me preguntó ¿esto qué es?, y al explicarle mi afición, a partir de ahí mi vida cambió porque yo creo que fue él quien dio las órdenes para que en todo lo que tuviera que ver con la ciencia o la Astronomía en la Caja participara yo. Como así hice con los planetarios hinchables, el aula de Astronomía y el Observatorio de  “Los Molinos”. Creamos, y presido desde entonces, el “Círculo Astronómico Mediterráneo CAM”, que es una federación de agrupaciones de aficionados a la astronomía para dar uso al aula de Los Molinos. Diseñé y dirigí la construcción del Observatorio Móvil (CosmiCAM), que va por todas las ciudades dando cursos de astronomía y del cual me siento muy satisfecho. Los aficionados de Alicante nos agrupamos en el año 86, y la Sociedad Española de Astronomía (los profesionales) lo hizo posteriormente, en el 92. Por cierto, la primera reunión científica de esta sociedad se realizó precisamente en el aula de la CAM, organizada por el Círculo Astronómico Mediterráneo.

 

En 1994 organicé una expedición a Bolivia con 7 personas, para hacer un reportaje sobre el Eclipse Total del Sol, que publicó la CAM en un vídeo. El presidente de la Academia de Ciencias e Ingenierías de Lanzarote visitó Los Molinos y me invitó a montar allí un observatorio de divulgación, en el castillo de San Gabriel. Aproveché para construir mi primer reloj de sol, y a partir de éste he desarrollado una veintena por toda España (Terra Mítica, Puerto de Alicante, Santander, Granada, etc.).

 

¿De qué obra te sientes más satisfecho?

 

- En general de haber contribuido, en mi medida, a la divulgación de la ciencia astronómica, y como de esta labor no estoy jubilado, pues seguiré en ello. He dado infinidad de conferencias, y de ellas destaco las primeras que un aficionado dio en el Instituto Astrofísico de Granada y en la Universidad de Santander, así como el discurso leído en el acto de mi recepción como Académico Correspondiente en Alicante de la Academia de Ciencias e Ingenierías de Lanzarote, con el título: “La medición del tiempo y los relojes de sol”.

 

¿Cuánto tiempo dedicas a la astronomía?

 

– Estando en activo la Caja me concedió el privilegio, durante mucho tiempo, de permitirme dedicar tres días a la semana en “Los Molinos”, y todavía hoy sigo, a la Escuela de Verano para  Profesores de Secundaria, donde les enseñamos didáctica de la astronomía, talleres y observación. Actualmente coordino los cursos y colaboro siempre que me lo piden. Hoy mi actividad se centra en la divulgación: patrocinado por la Obra Social de la CAM, en el ciclo “Gente mayor, gente activa” he impartido 18 conferencias; durante dos años he colaborado con el Excmo. Ayuntamiento de Alicante en el programa “Astrónomos andantes”; soy secretario y profesor en la Escuela de Verano de Astronomía y Astrofísica para profesores, y como miembro de la Agrupación Astronómica de Alicante, abierta a toda la ciudad, quiero deciros que nos reunimos los viernes de 19 a 21 horas precisamente en los locales de JubiCAM. Aprovecho para invitaros.

 

¿Cual ha sido tu última aportación pública?

 

– La ponencia que hice en el Congreso Internacional de Gnomónica de Cataluña el 12 de octubre de este mismo año. (Gnomónica = Ciencia de los relojes de sol). Como experto conocedor de esta ciencia he patentado dos relojes novedosos que suponen un cambio de conceptos en cuanto a los relojes de sol de hora media. También he diseñado un novedoso instrumento para facilitar la instalación de los estiletes en la construcción de relojes de sol verticales. La varilla que proyecta la sombra en estos relojes se denomina Gnomon; de ahí, Gnomónica.

 

A este compañero que nos está contando con tanto detalle y pasión los aspectos de su vida relacionados con la astronomía le preguntamos por sus datos personales para conocerle un poco mejor, y esto es lo que nos dijo:

 

- Nací en Cartagena el 22 de septiembre del 44 en el seno de una familia de “cajeros”, ya que mi padre, Antonio Pérez Inglés, trabajaba ya en la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Cartagena, y de un total de cinco hermanos que somos, tres, Antonio, Valentín y yo, lo hemos hecho en nuestra Caja, en tiempos del Sureste. Estudié Filosofía en el seminario de Murcia, 1961-65, y, al acabar, ingresé en la Caja. En ella he permanecido hasta mi jubilación, excepto el tiempo que estuve haciendo el servicio militar en Cartagena. Pasé por muchos departamentos de Central, pero sobre todo recuerdo Control de Gestión, dependiente de la Dirección General, en donde conocí a compañeros tan magníficos como Roberto López, Vicente Pastor, Maira, Carmen Gadea, Antonio Ballester, Antonio Juan y luego Alberto Hernández, Pepe González, Isabel Beltri y tantos otros. Tampoco olvidaré a mi primer jefe, en el departamento de Valores, Pepe Torregrosa.

 

Tengo dos hijos, una hija y un nieto. La jubilación me llegó en el momento oportuno, y ahora me puedo permitir dedicar tiempo a las cosas que siempre había deseado hacer, como por ejemplo mucho senderismo, cursos en la Universidad Permanente de Adultos en la que soy alumno y a veces profesor (doy algunas clases de Astronomía), y sobre todo estudio Botánica, las flores silvestres, y entre ellas mi gran pasión son las orquídeas.

 

Nunca mejor final florido como este. Gracias.

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