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¡HAY QUE VACUNARSE
CONTRA  LOS TÓPICOS!


Tomás Escrivá


     Madurez divino tesoro…, ¿sí? Pues qué quiere que le diga… Depende.

 

     La madurez es algo que con frecuencia nada tiene que ver con la edad, digan lo que digan algunos. He conocido maduros muy jóvenes, suerte la mía…, e inmaduros mayores…, claro que si.

 

     Sin embargo hoy, de algún modo, colateralmente, sí está  relacionada la madurez con la edad… Pero no solo con ella. Los mayores hoy no solo somos la generación más longeva, que también. Somos la generación mayor más formada.

 

     Quiero resaltar que no somos más maduros  por mayores, si no por conjugar a un  tiempo el conocimiento acumulado por los años y por los estudios, lecturas, inquietudes, aficiones etc. etc.

 

     Lo de la tercera edad no va conmigo. Es un término fuera de lugar. Sirvió a nuestros mayores cuando la edad laboral y el fin de la salud, y con frecuencia la vida, declinaban. Hoy hay que inventarse otra palabreja, o meter la ya cuarta edad…

 

     Hoy, yo, ni me siento de tercera edad (suena a asiento de madera en el tren de la vida) ni me siento distinto a mí mismo hace diez años. ¿Sé más que hace diez años? No lo sé. Imagino que he aprendido y he olvidado ¡afortunadamente!, pero eso también le ocurre a cualquier treintañero.

 

     Hoy, menos que nunca, no envidio a la gente joven. Se creen superiores y lo son, pero ese creérselo, muchas veces les inhabilita. Se enfrentan a un mundo más individualista y competitivo, mientras nosotros los mayores venimos de un mundo, de algún modo más generoso y solidario. Por eso fuimos cuidadores de nuestros abuelos y padres y ahora cuidamos de los nietos. ¿Quién cuidara de nosotros? … “ja veurem, com diuen els cecs…”

 

     No necesitamos que nos expliquen y “vendan” la intergeneracionalidad. La hemos practicado y la practicamos día a día.

 

     Estamos en un tiempo de rupturas permanentes.  La familia ya no es la que  era, hay que hablar de familias,  el mundo se ha empequeñecido al menos para algunas cosas y no todas buenas, nos relacionamos con los hijos que están a dos mil kilómetros  gracias al Skipe…

 

     Tiempos estos, pues, de nuevas fronteras si mantenemos la rebeldía intelectual, si creemos en la solidaridad, si somos capaces de no tirar la toalla. Debemos tener claro que en la defensa de los pilares de la edad madura nos va el envite (respeto al mayor en los medios de comunicación, sanidad y pensiones dignas).

 

     Si lo conseguimos, los de nuestra generación tenemos por delante la oportunidad, el deber y el placer, de seguir siendo útiles y respetados.

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