Desgrano las horas y aún los días.
Cada minuto es eterna primavera
que renueva nuestro amor, nunca vencido,
como brota la hierba en la pradera.
Miro el amanecer cada mañana
y ese cielo tan azul que me embelesa,
ese aire tan puro que respiro,
esa vida que nace y nunca cesa.
Aspiro la fragancia de tu rostro
y tus cálidos labios me besan.
Con un tierno beso me despido
y mi corazón, con tus besos, se acelera.