Índice de Documentos > Boletines > Boletín Octubre 2008
 


Vicente Esteve

   AL HABLA CON...

JOSÉ MARÍA MOLINA SERRANO


Por mis “obligaciones” como abuelo primerizo, últimamente voy con menos frecuencia de lo que me gustaría por el local de JUBICAM, pero da la casualidad de que siempre me encuentro allí con el amigo José María, ¿coincidencia? o es que este compañero le dedica mucho de su tiempo a la Asociación. Para saberlo, nada mejor que preguntárselo directamente y de ahí a entrevistarlo, para conocerle un poco mejor, todo es cuestión de sentarnos y charlar un rato amistosamente. Esto es lo que dijo:

- Formo parte de la Junta Directiva como vocal de Alicante-1, pero mi presencia asidua en el local de la Asociación se remonta a los tiempos en que el anterior vocal de viajes, Cecilio Méndez, me pidió que le ayudara porque tenía mucho trabajo, y ahora continúo con Manolo Iñiguez.  También colaboro con José Manuel García Mascuñán con la lotería, y con Miguel Morote; es decir, en todo lo que haga falta y se me necesite. Las mañanas que no paso por JubiCAM voy a la Cruz Roja, donde mi labor de coordinador con todos los departamentos lleva su tiempo, por los contactos que hay que realizar para determinar en los almacenes el mobiliario que se necesitará en la nueva sede de Gran Vía, frente a Salesianos.

 

Ya sabemos cómo ocupas las mañanas ¿y las tardes?

– Se las dedico a la familia y escucho música, leo y, sobre todo, camino, pues los médicos me lo han prescrito, y, además de sentirme mejor, no me cansa, porque lo he convertido en rutina. Sobre la música es toda buena y depende del momento y la situación para escuchar la adecuada. Me encanta la clásica, pop, música española, etc. La última en escuchar, anoche mismo, fue la Obertura Solemne 1812 de Tchaikovsky, que si te concentras podrás verte envuelto en la primera guerra mundial, escuchando cañones, momentos de victoria, alegrías, etc., en realidad todos los compositores son de mi agrado. El último libro que he leído es El niño con el pijama de rayas, novela de John Boyne de mucho éxito y que acaban de llevar al cine; anteriormente leí a Carlos Ruiz Zafón en sus dos últimas obras: La sombra del viento y El juego del ángel. Y ahora estoy pendiente de repasarme El Quijote.

 

Por cierto ¿dónde naciste?

– Ja, ja. En un lugar de la Mancha de cuyo nombre sí quiero acordarme: Campo de Criptana, municipio con más de 13000 habitantes localizado en el sector central de la llanura manchega, provincia de Ciudad Real, comunidad de Castilla-La Mancha, cruzada por el cauce del río Záncara. Allí nació este criptanense el 9 de agosto del 43, además de gente famosa como la actriz y cantante Sara Montiel o el compositor y director Luís Cobos. Allí empecé a trabajar desde muy joven y estudiaba por las noches, pues al pertenecer a gente humilde no quedaba más remedio. Tengo dos hermanas, Mari Carmen, prejubilada de CAM, y Charo, que es auxiliar de farmacia en activo. Hablando de mi pueblo te diré como curiosidad que en su escudo aparecen dos medias lunas y que la tradición cuenta que significan dos victorias ganadas a los musulmanes en la Reconquista, pero la existencia de tales batallas es probablemente falsa y las medias lunas parecen ser una simple evolución de las iniciales del nombre de la población. Además, la imagen de la ciudad nos recuerda el Quijote por su conjunto de molinos de viento que conservan su estructura y mecanismos originales; otros han sido convertidos en museos: el Inca Garcilaso es museo de labranza; el Pilón, museo del vino; el Quimera, museo de Vicente Huidobro; el Culebro, museo de Sara Montiel; el Lagarto, museo de poesía; el Cariari, museo de pintura; y el molino Poyatos alberga la Oficina de Turismo. Todo el conjunto fue declarado en 1978 como BIC (Bien de interés Cultural). El Ayuntamiento tiene mucho que ver en el apoyo de las infraestructuras, y el mío organiza muchos actos culturales en los que el pueblo participa. Su banda de música: Filarmónica Beethoven, a la que yo pertenecí de niño, es famosa desde que en 1948 fue ganadora del primer premio del Certamen Provincial de Bandas de Música de Ciudad Real. Son curiosas nuestras carreras de burros sejando (marchando hacia atrás).

 

Con 16 años me fui a Madrid, y de mi vida profesional te diré que viajé por toda España como comercial de una empresa de importaciones; vine a Alicante en el año 1965 y después de varios trabajos recalé en el Banco Occidental, y, cuando en el 80 fue absorbido por el Vizcaya, tuve la oportunidad de pasar a la CAPA, siendo Elche mi primer destino; luego en la oficina de Plaza de Argel, ya en la capital, fui director en la oficina de Músico Alfosea y por motivos de salud (cinco atracos en muy poco tiempo), pasé a Central. En una revisión médica laboral me detectaron complicaciones en el corazón, sufrí una operación posteriormente, y estando convaleciente de una angina de pecho decidimos que era el mejor momento para mi prejubilación.

 

¿Estás casado con una alicantina?

– Pues no, mi mujer, Carmen, es de Pozoblanco (Córdoba) y se trasladó aquí con su familia. La conocí en 1967 y tardamos dos años en casarnos, lo hicimos el 19 de enero del 69, y tenemos dos hijos, solteros ambos; el mayor, José Miguel, es empleado de Notaría, y el pequeño, Jorge, trabaja en Sercresa (departamento de morosidad, con mucho trabajo últimamente por razones obvias).

 

Estoy contento con la época que me ha tocado vivir tanto en el plano personal, fue una bendición conocer a mi esposa, como en el laboral, pues he pasado de escribir con plumín a hacerlo con el ordenador, y de los apuntes manuales a la informática, en la que, por cierto, estoy haciendo un cursillo de formación On Line de la CAM que me sirve para conocer más este mundo y de paso percibir la ayuda económica para costear el acceso a Internet. Animo a todo el que tenga ordenador a que lo haga. Sale rentable.

 

¿Y del futuro, que me dices?

– Pues lo más inmediato es que, como viene el invierno, ya me he preparado poniéndome la vacuna antigripal, pues, como sabes, somos factor de riesgo; no es dolorosa, un pinchacito y hasta luego. Además, en mi caso, el cardiólogo me indicó que es necesaria. Mi proyecto, más que de futuro es del día a día, una vez que sin el compromiso laboral, puedo dedicar tiempo a las ONGs, y, bajo control médico, hacer una vida normal como cualquiera de nuestra edad. Eso sí, sin subir en moto, pues después de más de 50 años sin percances tuve que pasar por el quirófano el año pasado por fractura de vértebra lumbar al patinar sobre el reguero de gas-oil que dejó un furgón que llevaba un depósito y se le volcó. Estuve un mes inmóvil, con un corsé, y todavía hoy quedan secuelas. Cuando la vendí, mI mujer se alegró y descansó.

 

Para acabar ¿Qué te hubiera gustado hacer y no has podido… de momento?

– Sí que hay una cosa en la que me siento frustrado: el no haber continuado con la música. Empecé a los siete años y lo dejé con dieciocho, habiendo coincidido con Luís Cobos, Ángel Arteaga (ya fallecido) y otros grandes músicos de hoy en las clases del catedrático del conservatorio de Madrid D. Manuel Angulo, ya jubilado, que pasaba los veranos en mi pueblo; el resto del año nos daba clase su padre. Estudié solfeo, toqué el bombardino y más tarde el trombón. Dejé en el camino una de las cosas que más me gustaba, pero en esta vida hay que elegir, y en aquellos momentos era necesario trabajar. Aunque retomaré el estudio en cualquier momento.

 

Suena su móvil, y nada mejor para dar por terminada la entrevista que escuchar la música celestial de este aparatito de “nuestra” época.

Volver