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EXPERIMENTOS CON GASEOSA
(por Toni Gil)
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Esta historia me la ha recordado un “news” de una agencia alicantina de marketing-comunicación. Quizás alguno recordéis haberla leído. El viernes 12 de enero de 2007 en una estación de metro en la ciudad de Washington, un músico tocó el violín vestido con vaqueros, una camiseta y una gorra de béisbol. El instrumento era nada menos que un Stradivarius de 1713.
El violinista, Joshua Bell (Estados Unidos, 1967), uno de los mejores del mundo, interpretó piezas maestras incontestables durante 43 minutos. Tres días antes había llenado el Boston Symphony Hall, a 100 euros la butaca. No había caído en desgracia, sino que estaba protagonizando un experimento recogido por el diario The Washington Post: comprobar si la gente está preparada para reconocer la belleza.
A los 43 minutos habían pasado ante él 1.070 personas. Sólo 27 le dieron dinero, la mayoría sin pararse. En total, ganó 32 dólares. No hubo corrillos y nadie le reconoció."Era una sensación extraña, la gente me estaba... ignorando", declaró Bell al Post. El virtuoso aseguró que habitualmente le molestaba que la gente tosa en sus recitales, o que suene un teléfono móvil; sin embargo, en la estación de metro se sintió "extrañamente agradecido" cuando alguien le tiraba a la funda del violín unos centavos.
Expertos citados por el diario aseguraron que el contexto importaba, y que una estación de metro en hora punta no permitía que la gente apreciara la belleza. Bell, por su parte, comentó con amargura los peores momentos: cuando acababa una pieza, nadie aplaudía.
En una publicación realizada por la Caja de Ahorros Provincial de Alicante en 1991, con destino a todos los empleados de la entidad, en uno de los epígrafes titulado “Cronología de una fusión no anunciada”, se dice textualmente: “Como recordábamos antes, todo se llevó bajo una profunda discreción, con gran sentido estratégico y total coordinación. El sábado 1 de diciembre, abriendo portada y mes, INFORMACIÓN titulaba, junto a sendas fotografías de sus presidentes: “Los consejos de las dos entidades de ahorro llegaron ayer a un principio de acuerdo. La fusión con la C.A.P.A. convierte a la CAM en la tercera caja de España”.
En los últimos meses hemos asistido a numerosos experimentos mediáticos de fusiones; como el violinista de la historia, pocos aplausos recibieron, más bien bastantes pitos. Estoy seguro que cuando haya un proyecto serio será interpretado en un buen salón de conciertos y no en el metro de los diarios, proclives a recoger opiniones variopintas pero poco conocedoras del sector y su problemática.
toni.gil@ono.com
