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LA VIDA, TU PARÉNTESIS DENTRO DE LA ETERNIDAD

(por Matías Mengual)

Matías Mengual


¿Te imaginas?..., tal como se intercala una frase dentro de otra oración, podrías ver intercalada tu actual vida terrenal dentro de la larga historia de tu evolución. Claro, que eso únicamente será cuando retornes tú al espíritu, porque es el espíritu el que crea la vida. De manera que la única manera de conseguir despojarnos de nuestro ego y volver al espíritu es esperar a que nuestro cuerpo muera y emprender entonces el viaje de vuelta.

Y entretanto, ¿qué podemos hacer? De cara a la jubilación, hace años, me ilusionaba poder ejercitar la idea que sustentaba el gran escritor Somerset Maugham después de cumplir sus ochenta abriles: “La imaginación crece al ejercitarla. Contrario a la creencia general, es más poderosa en las personas maduras que en las jóvenes.” Me convenció, y continúo aplicando la imaginación en el ejercicio de mis aficiones de toda la vida (leer, pensar, pintar y escribir), procurando compatibilizarlas con los menesteres propios de ayudante de ama de casa, y creo que está dándome buen resultado.

Por supuesto, lo del paréntesis no es más que pura retórica que, como tema, llamó mi atención, y recurrí al Tao Te Ching en busca de ideas hasta dar con esta: “Aprender consiste en acumular conocimientos diariamente. La práctica del Tao (el Camino) consiste en menguar diariamente; decreciendo y decreciendo, hasta llegar a la inacción. Cuando no se hace nada, nada queda por hacer. La verdadera maestría puede conseguirse dejando que las cosas transcurran libremente. No puede conseguirse interfiriendo en ellas.”

En su virtud, reflexioné, cerré el libro, y tomé estas notas: 1ª. Llegaste aquí sin nada, y te irás sin nada. Así que alégrate por todo lo que ha llegado a tu vida. Tengo sobrados motivos para alegrarme. 2ª. Me veo como un huésped de este mundo en lugar de propietario de algo. Vivo en el mundo, y no siento necesidad de poseerlo… ¿para qué? 3ª. Me suena esta frase: Si no te espabilas, serás un donnadie. Pero no sé si se me dijo a mí. No importa. A determinada edad, tuvo que impactarme… No me sentiría responsable si en alguna manera llegó a afectarme. 4ª. Además, vivimos en una sociedad que parece decirnos: cuantas más cosas acumules, más vales como ser humano. No creo en eso. Y no recuerdo haberme sentido alguna vez insatisfecho.

Imagínate, decía al principio, imagínate tú en espíritu y revisando el contenido del paréntesis, sin que se te escape nada y, así enmendar tus yerros en la siguiente encarnación. Eso era, en síntesis, lo que pensaba decir. Ahora, después de leer a Lao Tse, rectifico: No creo que la única causa de nuestra creación haya sido fruto, únicamente, de la unión de nuestros padres biológicos. Puede existir una virtud oculta o cualidad esencial que resida en el interior más profundo de las criaturas, que nos permite movernos dentro de nuestros cuerpos en consonancia perfecta con la fuerza creadora originaria, sin doctrina preconcebida que dicte lo que tienes que hacer, lo que tienes que escuchar o qué debes venerar. ¿Será así como las cosas transcurrirán libremente?

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