Durante estas últimas semanas nuestro recién nombrado presidente, mi amigo José María Alonso, como un rayo que no cesa, está preparando el gran acontecimiento del 25 Aniversario de nuestra entrañable Asociación. Le agradezco su atención al demandarme una colaboración escrita, que hago con mucho gusto, para rememorar dicho evento.

            Un deseado acontecimiento que todos esperamos con ilusión en la que jubilados, prejubilados y familiares vamos a tener la oportunidad de reencontrarnos y compartir las muchas vivencias que durante este cuarto de siglo han acontecido. Una Asociación, la nuestra, que ya hace mucho tiempo alcanzó su mayoría de edad. Una efemérides importante, no ya para nosotros, miembros de la Asociación, sino para el conjunto de empleados de nuestra Caja y cuantos tienen referencia de ella.

            No voy a destacar los muchos y buenos acontecimientos y actividades llevadas a feliz término en este recorrido, donde muchos compañeros/as han trabajado con una entrega digna de reconocimiento, con su libertad, con su independencia y hasta con su solidaridad que, desde mi percepción personal, fue y es el punto de partida que empezó a realizar nuestra Asociación desde un planteamiento de respeto a lo pasado y una fuerte apuesta por lo que está por llegar.

            No en vano los distintos presidentes y sus juntas directivas, hicieron un trabajo con especial ahínco en desarrollar y apoyar nuevas actividades, nuevos compromisos, sin olvidar nuestro origen y nuestra gratitud a nuestra CAM, poniendo su mayor empeño en la defensa de la buena armonía y convivencia que goza nuestra Asociación, un rico patrimonio que hay que cuidar y conservar.

            Un rápido análisis, sin entretenerse en los pormenores, el espacio no da para más, ofrece unas extraordinarias vivencia que han tenido mucho que ver en la magnífica trayectoria de nuestra Asociación. He asistido, alguna vez, a planteamientos difíciles y complicados donde han mandado considerablemente la situación económica.

            En ocasiones, muchos esfuerzos y no menos sacrificios ha llevado nuestra Asociación a sus espaldas, desde la más absoluta precariedad y ante la incomprensión de algunos; el tesón y los buenos oficios han sido capaces de resolver asuntos determinantes en muchos acontecimientos puntuales.

            Asimismo, cabría resaltar el impresionante papel que nuestra Asociación ha desarrollado durante estos veinticinco años, la potenciación cultural, artística, deportiva, literaria, pedagógica, incluso humorística, nexo de unión entre personas que, en muchos casos, no nos habíamos visto jamás. Puedo decir que mis primeros pasos en la Asociación fueron a través del Boletín, y un número tras otro me fui familiarizando con mis vecinos de página, tanto que al conocerles personalmente creí que les conocía de toda la vida.

            Por ellos estoy convencido de lo que representa nuestra Asociación, que ha venido simbolizando el escenario donde se ha elaborado el desarrollo de valores éticos y morales, fraguándose hábitos de conducta que han convertido a nuestra Asociación en un ejemplo a seguir. Así, nuestra Asociación cumple su 25 Aniversario con solemnidad y con la íntima satisfacción de cuantos pasaron por ella, sobre todo, la de mi buen amigo y buen gestor Pepe Barberá.

            La clave del éxito es, sin duda, la dedicación y el amor que muchas personas dedicaron a nuestra Asociación, que lejos de ser una Asociación decorativa ha venido trabajando de forma denodada, cuyo resultado es el prestigio y categoría alcanzado en estos veinticinco años y el respeto guardado a su propia fidelidad.

            José María, sólo son veinticinco años. Ahora, es tu turno.