Podéis seguir diciendo que me afano
inútilmente, que soñé despierto
senderos imposibles, que no acierto
a despejar la duda que desgrano…
Podéis seguir diciendo que es en vano
todo este giro de mi rumbo incierto,
que nunca lograré llegar a puerto
o que no tiene fuego mi verano…
Que traigo un cardo nuevo, un nuevo espino
hincado en la esquivez de mi fortuna
y que siembro tristeza en mi solana…
Pero habréis de decir que, en mi camino,
voy dejando en silencio, una por una,
las huellas del ayer y mi mañana.