Hace poco ocurrió algo grande para la salud: se jugaron los últimos partidos del Mundial de fútbol y con ello el público español se liberó de los insufribles comentaristas de La Sexta y de algunos otros narradores de radio, además de quedar libre de oír los tópicos repetidos por más de cuatro.
Uno de esos tópicos expuesto hasta el aburrimiento es la frase de Lineker, aquel internacional de la selección inglesa que marcaba tantos goles en los años ochenta, de que el fútbol es un juego de once contra once en el que siempre gana Alemania; reflexión ocurrente, simpática y comprensible que en esta ocasión ha resultado insostenible, a más de convertirse en una seria falacia durante este Mundial en el que, por si fuera poco, el fútbol ha sido un juego de once contra once donde siempre ha ganado Francia o Italia, incluso a Alemania.
Pero seguramente lo que perdurará será el aserto de Lineker, pues ya se sabe que los ingleses están especialmente dotados para inventar proclamas sobre fútbol: no omitamos que también pusieron de moda la versión dura de que el rugby es un deporte de salvajes practicado por caballeros y el fútbol un deporte de caballeros practicado por salvajes.
En todo caso, hay que reconocer que son mucho más ingeniosas las máximas británicas que las que nos han dado los intelectuales patrios, puesto que no parece tan feliz la que soltó Tierno Galván, con sobrada palabrería, en sus tiempos de alcalde de Madrid al redactar un bando municipal previo al Mundial de España de 1982.
Para don Tierno el fútbol equivalía ´a que 11 diestros y aventajados atletas compitan en el esfuerzo de impulsar con los pies y la cabeza una bola elástica, con el afán, a veces desmesurado, de introducirla en el lugar solícitamente guardado por otra cuadrilla de 11 atletas, y viceversa´, con lo fácil que era escribir ´balón´ en vez de ´bola elástica´ o ´portería´ en vez de ´lugar solícitamente guardado por otra cuadrilla de 11 atletas´.
SE ACABÓ EL MUNDIAL