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ANTE LA INTERVENCIÓN DE LA CAM

     El pasado 29 de julio de 2011 el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) intervino la Caja de Ahorros del Mediterráneo. Fue la decisión consecuente tras tres meses de incertidumbre que nació el 30 de marzo de 2011 cuando la CAM, en cierto modo, fue expulsada del Sistema Institucional de Protección (SIP) que tenían acordado Cajastur, Cajacantabria, Cajaextremadura y CAM para crear el Banco Base que reforzara la solvencia y capacidad de estas entidades por las exigencias del regulador español, el Banco de España. Las Asambleas Generales de los potenciales asociados de la CAM, en el último minuto, no aprobaron los acuerdos que previamente habían establecido; la CAM sí lo aprobó, pero como se necesitaba el acuerdo unánime de todas, al no resultar así, el SIP saltó por los aires. La CAM se encontró sola frente a un abismo que había de resolver con gestiones propias o del FROB.

     Las cajas de ahorros nacieron en España hace más de doscientos años. Sus antecedentes más remotos fueron los Montes de Piedad y su finalidad era la de combatir la usura y atender a una humilde clientela. A mitad del siglo XIX aparecen legislaciones específicas relativas a la creación de las cajas de ahorros, tales como la Real Orden del 3 de abril de 1835 en la que se insta a los gobernadores civiles a que impulsen sus respectivas provincias con la creación de cajas de ahorros; el Real Decreto del 20 de junio de 1853 que constituye un segundo gran impulso en la creación de las cajas bajo el protectorado del Ministerio de Gobernación; la Ley del 29 de junio de 1880 en la que se aprueban los reglamentos y estatutos que han de tener las cajas para estar sujetas a una homologación y algunas otras normas complementarias. A consecuencia de ello, en el año 1875 se crea el Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Alcoy y en el 1877 la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Alicante, siendo el político alicantino don Eleuterio Maisonnave uno de los fundadores de dicha entidad. Aquellas antiguas entidades hoy están integradas en la CAM, por tanto la actual caja de ahorros tiene ya ciento treinta y seis años de servicio a la provincia de Alicante.

     El siglo XX es pródigo en normativas relativas a las cajas. El Estatuto del Ahorro de 1933 las confirma en esta labor, facilita su Obra Social y las beneficia con ciertas exenciones fiscales. El “statu quo” bancario de 1940 así las sigue tratando. Este mismo año se crea la Caja de Ahorros del Sureste de España, el antecedente más directo de la CAM, entonces fruto de la fusión de diversas cajas de las provincias de Alicante, Murcia y Albacete. La segunda mitad de la década de los setenta del pasado siglo trae reformas democráticas a nuestro país y, como todo fenómeno social, repercute en las cajas de ahorros; distintas normativas autorizan a las cajas a efectuar operaciones de descuento, cambio de moneda extranjera, operatoria de divisas y otras disposiciones que hicieron que estas humildes entidades pasaran a ser verdaderas entidades financieras “per se” y, como tales, se equipararon a los bancos y se situaron bajo el control y directrices del Banco de España, desapareciendo el Instituto de Crédito de las Cajas de Ahorros (ICCA) que las tutelaba por aquel entonces.

     En el año 1976 se crea la Caja de Ahorros de Alicante y Murcia por fusión de la Caja de Ahorros del Sureste de España con la de Novelda, Monserrate de Orihuela, Nuestra Señora de los Dolores de Crevillente, Monte Piedad de Alcoy y posteriormente la de Alhama de Murcia. Fue un verdadero hito en la consolidación de la provincia de Alicante como espacio de decisiones financieras volcadas a las provincias de Alicante y Murcia. En una nueva fusión se incorpora la Caja de Ahorros Provincial de Alicante y Valencia.

     De especial trascendencia resultó la Ley de Órganos Rectores (LORCA) de 1985. Fue un cambio sustancial, ya que el Gobierno de entonces entendió que las cajas no tenían un verdadero propietario y las puso a disposición de los Organismos de la Administración local y autonómica, quienes pasaron a ser los componentes de sus Órganos Rectores, Asambleas Generales, Consejos de Administración y Comisiones de Control. Recuérdese que es la época en la que comienza a funcionar el Estado Autonómico español generado por la Constitución de 1978. Ello fue una buena baza para las Comunidades Autónomas ya que, junto al poder político que les transfirió el Estado Central, también recibieron el poder económico que suponía la posibilidad directa o indirecta de hacer uso de la capacidad financiera de las cajas de ahorros. Incluso cada Comunidad tiene competencias para establecer su propia legislación sobre las cajas. Hubo numerosos casos en los que los nuevos Presidentes, Directores Generales y ejecutivos de alto rango fueron reclutados entre los afiliados al partido político en el poder y sin que acreditaran una trayectoria o experiencia en el mundo financiero. La razón abanderada por el Gobierno para establecer esta Ley fue la “democratización” de dichas entidades que, en cierto modo, han logrado todo lo contrario, ya que realmente pasaron de tener un sentido liberal, financiero y de prestación a la sociedad a estar paulatinamente sujetas a los dictados de los gobernantes de turno.

     Al filo del siglo XXI el Sistema Financiero Español y su regulador se incorporan al Sistema Europeo de Bancos Centrales (SEBC) con el Banco Central Europeo (BCE) como autoridad monetaria y la puesta en circulación del euro como moneda única. Comienza entonces una época de alta liquidez, bajos tipos de interés, apertura de mercados y liberalización financiera. También surge el predominio de un pensamiento neoliberal, que materializa la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) y su Presidente Alan Greespan, dando comienzo a una operatoria bancaria menos ortodoxa. Algunas cajas de ahorros participan en esta alegría, se expanden, facilitan créditos, acuden a los mercados mayoristas, establecen sucursales en el extranjero y alcanzan un grosor que se ve debilitado durante los ciclos depresivos que periódica y necesariamente aparecen en la economía. Desde finales del año 2007 el ciclo depresivo comienza a notarse en todo el orbe y, naturalmente, las cajas de ahorros españolas no resultan ajenas a la situación. Todas ellas se han visto afectadas y la CAM también.

     La tensión financiera que ya dura casi cuatro años ha obligado a todos los países y gobiernos a acudir a rescatar sus entidades en apuros. Así ha sido en Estados Unidos y en el mundo anglosajón, con ayudas directas a sus bancos. En este tema España ha sido más timorata y ha optado por el que las cajas de ahorros se ayuden entre sí y se fortalezcan mutuamente, para lo cual ideó el FROB en 2009 y el SIP en 2010 y poniéndose el Banco de España como última fuente de apoyo. Además el Gobierno español ha aprobado que inmediatamente se cumplan las necesarias exigencias de coeficientes de solvencia de “Basilea III” y no aplicarlas paulatinamente durante los próximos cinco años, como establece el acuerdo internacional.

     Hoy la CAM es una entidad intervenida y, por lo que parece ser, con unas  necesidades de financiación que se materializan en 2.800 millones de euros de capital para el Banco CAM que va a aportar el FROB junto con una línea de crédito de este mismo por 3.000 millones de euros, a expensas de la valoración que del Banco CAM hagan los gestores del FROB. Posiblemente la mayor parte del capital social del nuevo Banco CAM será aportado por el FROB con lo que casi podemos decir que el Banco CAM va a ser nacionalizado temporalmente.

     La Asociación de Empleados Jubilados y Pensionistas de la CAM (Jubicam) está formada por cientos de empleados que han dedicado toda su vida profesional al servicio de la caja en sus distintas etapas, vicisitudes y normativas desde el año 1940, ya que dentro de este colectivo figuran personas que trabajaron en ella hace setenta años y que observan con pasmosa dignidad lo que ha sido la evolución de la caja y su metamorfosis paulatina desde que fueran consideradas como entidades benéficas, después sociales y posteriormente financieras. En todas estas etapas han trabajado al servicio de la provincia, de sus ciudadanos y de su bienestar social.

     El Banco CAM, como tal, prácticamente va a desaparecer, ya que su destino parece ser el adjudicarlo al mejor postor en una llamada subasta inversa en la que el FROB lo cederá a la entidad financiera o fondo de inversión que menor ayuda le solicite para adjudicárselo. Alicante va a desaparecer como destacada plaza financiera dentro de nuestro país. La provincia alicantina es la cuarta en potencial económico de España y, sin embargo, no va a ser un lugar de decisiones tácticas ni estratégicas en el Sistema Financiero Español. Desaparecen ciento treinta y seis años de historia que han sido ricas en contenido y dedicación a la ciudadanía, tanto en el campo financiero como en el benéfico-social. Desde el año 1940, y aun antes, la caja ha desarrollado una actividad cultural y social que han servido para asentar y definir a nuestra provincia como una de las más avanzadas económica e intelectualmente. Basta recordar algunos hechos, tales como la red de salas de exposiciones, aulas de cultura y lugares públicos en los que la crema de la intelectualidad española y extranjera han tenido la oportunidad de difundir sus investigaciones y méritos a los alicantinos. Y también con la creación de escuelas de Enseñanza Primaria, de Formación Profesional, bibliotecas públicas, cooperativas de viviendas, ambulatorios médicos, asociaciones de ayuda a enfermos de diversa índole, eventos deportivos, ayudas a exalcohólicos y tantos otros que han servido para modernizar la sociedad alicantina.

     Y así podríamos seguir citando numerosas y meritorias aportaciones. Por ejemplo, la creación del Centro de Estudios Universitarios “CEU” en el campus de San Vicente del Raspeig, origen de la actual Universidad de Alicante, creado en el año 1968 gracias a la ayuda financiera e incluso administrativa de la CAM y de sus propios empleados, quienes aportaron su óbolo particular y llevaban la contabilidad del citado centro de estudios. También, las diversas aulas de cultura de la CAM que sirvieron de espacio para difundir ideas y facilitar el cambio democrático en nuestro país en las décadas de los años setenta y ochenta del pasado siglo. Y así sucesivamente.

     Los miembros de Jubicam nos sentimos afectados por lo que ha ocurrido en nuestra querida entidad. En pocos años se ha desvirtuado el trabajo de cerca de siglo y medio al servicio de Alicante, Murcia y sus provincias, en las que hemos trabajado con diligencia y espíritu de servicio. Sin la CAM o sus antecesoras cajas que se fueron fusionando con ella nuestra provincia no habría tenido la brillante historia que le ha dado valor económico, social y cultural ni habría sido posible el alto grado de ejercicio intelectual y de artes liberales que ha tenido.

     Algunos de los actuales miembros de Jubicam han dedicado cincuenta años de su vida a su servicio y creemos que nadie nos puede negar los resultados logrados. Pero los hechos de los últimos años, al parecer, han servido para tirar por la borda todo lo que allí hicimos y dejamos hecho con corazón y sentimiento. Lo que ahora ha ocurrido no nos salpica pero nos duele. Desde el recuerdo de haber formado parte de ella solo nos queda el convencimiento de nuestra altruista dedicación.

ASOCIACIÓN DE EMPLEADOS JUBILADOS Y PENSIONISTAS DE LA CAM

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