Quiero decir que soy, sencillamente,
alguien irrepetible que, soñando,
ha recorrido el surco de su vida
en pos de una sonrisa y de un milagro.
Alguien que, ya hace tiempo,
camina por la senda del cansancio,
queriendo ser más libre, a cada instante,
y siendo, a cada instante, más esclavo.
Quiero decir que envidio, a todas horas,
el vuelo de los pájaros
y que sigo, no obstante mis afanes,
mi ruta a ras del suelo, sobre el barro.
Que descubro colores en las nubes,
sangre en el sol, tendido en el ocaso,
y lágrimas de plata en las estrellas
y un dolor que no mengua, en mi costado.
Quiero decir…
Que busco mi horizonte
y aliento la esperanza de encontrarlo
porque una voz, sin tiempo y sin fronteras,
para que acuda allí, me está llamando.