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VIAJE A LA COSTA CÁLIDA

(por Antonio M. López - Vocal de Viajes)


(1º grupo - del 2 al 5 de Noviembre 2011)

 

     Nos encontramos en el mes de Noviembre, y como viene siendo costumbre en estas fechas, iniciamos nuestro viaje subvencionado en parte por nuestra Asociación. Esta vez elegimos como destino la Costa Cálida y tomamos como lugar de estancia Águilas, la bella ciudad del litoral murciano.

  

     El día 2 iniciamos viaje un grupo de 45 compañeros, desde Alicante, Albatera, Orihuela y Lorca y nos situamos en pocas horas en la bella población de Águilas.

  

     Después de la comida realizamos un paseo por esta ciudad abierta al Mediterráneo, diseñada por Carlos III en el s. XVIII. Destaca sobre todo “El Castillo”, que se utilizó como torre de defensa por diferentes civilizaciones. A sus pies la ciudad, con su hermoso puerto que desde antaño ha servido para dar salida a los productos hortofrutícolas que producía la comarca y como puerto pesquero.

  

     Otros puntos significativos son “La Chimenea de la Loma”, símbolo del auge minero del s.XIX, “El Embarcadero del Hornillo”, gran obra arquitectónica de hierro y hormigón y la Plaza de España, con su bello jardín y en su centro la fuente de bronce conocida popularmente como la “Pava de la Balsa”. Y por último, su paseo marítimo frente a la playa, lugar con grandes terrazas al mar por donde los ciudadanos suelen realizar largas caminatas. Al final del mismo, nuestro hotel, complejo turístico con verdaderas comodidades y excelente buffet; en primera línea de playa y frente al hotel se sitúa el Puerto Deportivo Juan Montiel, que completa una amplia gama de servicios y oferta turística que sin duda hacen del lugar un destino idóneo para el descanso, así como para la práctica de juegos de mesa y realizar cualquier tipo de deportes dentro y fuera del recinto.

   

     El día 3 a las 10 horas nos esperaba nuestra guía Lola, para iniciar la visita cultural por la ciudad portuaria de Almería. Tomamos contacto con ella en las inmediaciones del puerto y desde allí nos dirigimos hacía la Medina para visitar el Conjunto Monumental de la Alcazaba a pesar de la lluvia y el viento que dificultaba nuestro caminar. Contábamos con la buena predisposición del grupo para iniciar la subida hacia la fortaleza y apreciar los importantes vestigios que nos dejó la ocupación musulmana en el s.VIII. Desde lo alto del cerro, bastión defensivo de los agresores de la ciudad, divisamos la totalidad de la ciudad antigua, la parte moderna y sobre todo su puerto y la entrada de embarcaciones. Seguimos camino de la Plaza Vieja en donde se ubica el Ayuntamiento de la ciudad, el Barrio de la Chanca y la Catedral, cuyo edificio se parece mucho a una fortaleza. Tiempo libre, almuerzo y vuelta al hotel.

    

     El día 4 continúa el mal tiempo, pero para ahuyentar cualquier atisbo de tristeza o melancolía, nos apresuramos a poner en funcionamiento el CD del bus para escuchar música que permitió variar el ánimo de los compañeros. Y pronto, ya a  lo lejos, se divisa Mojácar. Un pueblo blanco enclavado en la montaña, con un emplazamiento excepcional que parece un vigilante alerta de lo que pasa en el Mediterráneo, y a su espalda un valle sembrado de colinas en forma de pirámides por donde transcurre el río Aguas. Sus calles son estrechas y empinadas, repletas de comercios destinados a los numerosos turistas que la visitan. Estuvimos contemplando la Fuente-Lavadero de los trece caños, donde las mujeres lavaban con los pies dentro del agua. El mirador de la Plaza Nueva y la Plaza de la Mujer Mojaquera… Y como anécdota, la célebre curandera que vivía en la localidad y suministraba pócimas para el amor, conocidos como los polvos de “pichirrichi” de la “Tía Cachocha”. Un turista ilustre, según la leyenda urbana fue “Walt Disney”, de quien dicen que no nació en Chicago, sino en Mojácar, cuya madre emigrada a EEUU, tuvo un hijo que resultó ser el susodicho, y que fue dado en adopción a un matrimonio español. A media mañana despejó el tiempo, lució el sol y nos permitió disfrutar de plácido paseo por Garrucha y poder tomar unas cañas con “galanes” y tapas variadas, como aperitivo. Regreso al hotel. Almuerzo y salida por la tarde a la localidad de Mazarrón.

  

     Acompañados del guía local visitamos el Ayuntamiento, cuyo edificio refleja el esplendor económico que supuso la reactivación minera. Completamos el recorrido del casco antiguo con la visita a la iglesia de San Andrés. Vuelta al autocar. Se nos había echado encima la noche. Solo nos dio tiempo a visitar el Museo Naval, en la zona de la Costa, y apenas pudimos apreciar las Erosiones de Bolnuevo, uno de los parajes más atractivos de Mazarrón. Un peculiar paisaje, casi mágico, en el que la erosión y el viento y el agua han modelado las rocas de forma caprichosa, semejante a las “Médulas” ponferradinas. Inapreciable, por lo cerrado de la noche a pesar de estar iluminado, pero se adivina un lugar tranquilo, al lado del mar, para dejar volar la imaginación.

   

     Día de regreso, y como etapa la visita a la ciudad de Cartagena. En la zona portuaria nos esperaba el guía. La visita se inició desde el mismo puerto y delante del submarino Peral, icono de la ciudad. Ignacio, el guía, nos hizo un relato sobre el paso de los cartagineses, romanos, visigodos, árabes, que poblaron la ciudad en diferentes épocas hasta nuestros días, así como el significado y el asentamiento de las fortalezas ubicadas en las diversas colinas de la ciudad. Por otra parte, lo que representó para la ciudad el gran auge de la minería y como contrapartida, la destrucción de la ciudad provocada por la Revolución Cantonal, así como la situación que vivió la ciudad como el último bastión republicano junto con Alicante, en caer en manos del gobierno nacionalista. Visita al hermoso edificio del Ayuntamiento, Edificio del Marqués de Shantilly (hoy CAM), y el edificio del Casino. A continuación visitamos la zona del parque arqueológico del “Molinete”, así como el Teatro Romano. Tiempo libre. Almuerzo y vuelta a casa.

   

     Para terminar quiero agradecer la colaboración prestada por el grupo, y sobre todo por nuestro vocal en Cartagena, Joaquín Botí.

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