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CRÓNICA MUY PARTICULAR DE UN DÍA MUY AGRADABLE
(por Gaspar Pérez Albert)


     He aquí mi visión e impresiones sobre una ruta de senderismo organizada por nuestra Asociación. Me estoy refiriendo a la ruta denominada “Laderas del Vinalopó”, llevada a cabo por unos cuantos compañeros senderistas o simplemente aficionados a caminar por la naturaleza, el pasado domingo día 23 de Octubre, en Elche.

  

     Desde un punto de vista técnico, el recorrido no fue nada complicado ni dificultoso. No representó para ninguno de nosotros incomodidad alguna, por lo cual, con la ayuda del sol radiante y un clima primaveral, muy propio de estas latitudes, la ruta resultó sumamente agradable en todo, recorriendo la belleza de las laderas ajardinadas del Vinalopo, y contemplando el palmeral desde el “observatorio” inédito del cauce del río, de forma inusual, es decir, de abajo a arriba. La misma visión pudimos obtener de los diversos puentes y pasarelas que atravesamos por debajo, de diversas carácterísticas y estilos. Cabe destacar la belleza “clásica” de los puentes denominados “del Canal” o “de la Virgen”, la grandiosidad del “Pont de la Generalitat”, obra del famoso arquitecto Santiago Calatrava, o la originalidad del llamado Puente del Rey o de Canalejas, inaugurado en 1913, siendo entonces el puente de un solo ojo mayor de España, según cuentan las crónicas de la época. Todo ello hizo que el recorrido fuera, además, sumamente interesante y por lo tanto, muy del agrado de los participantes.

  

     Y no menos del agrado fue la visita posterior al Museo Arqueológico y de Historia de Elche (MAHE), que recorrimos con atención y cuya última parte está ubicada en el Palacio-Fortaleza, denominado “de Altamira”, que también recorrimos de arriba a abajo, hasta sus altas murallas y torreones. Y por si fuera poco, nos dio tiempo a visitar los Baños Árabes, enclavados en los sótanos del viejo convento de las Clarisas, el cual se ha abierto al público por primera vez desde 1720, en fechas recientes, y que no pudimos ya visitar por falta de tiempo. Todo este recorrido “cultural”, junto con la bondad y belleza del paseo matinal por las laderas del río, encandiló y fascinó a todos los senderistas.

   

     A mediodía, saciamos nuestra sed y aliviamos nuestras fatigas en un excelente almuerzo que nos sirvieron en el restaurante situado en el mismo centro del Parque Municipal de Elche, lugar, sin duda, paradisíaco. Con toda sinceridad, no se puede pedir más.

  

     Si algo no fue tan positivo, por decirlo de algún modo, es la limitada asistencia de compañeros, dados los gustos, obligaciones y compromisos de otros compañeros senderistas, algunos de ellos habituales asistentes a otras rutas organizadas por Jubicam. No sería correcto decir que ellos se lo han perdido, aunque pueda ser verdad, pues Elche sigue estando bien comunicado y a tiro de piedra de cualquier lugar habitual de nuestras residencias y todo lo visto y experimentado se puede vivir de nuevo con relativa facilidad. A todos los que no vinieron se lo aconsejo, y de corazón, a los asistentes, les agradezco profundamente su compañía y gran protagonismo en esta hermosa jornada de convivencia, confraternización y, en definitiva, de inolvidable recuerdo.


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