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Ustedes ya me entienden

Gaspar Pérez Albert ____________________

 

 

 

 

Esta es una frase muy recurrida para terminar una conversación o una disertación, por parte del que habla. Igualmente lo pueden ser otras como “Tú ya me entiendes”  o  “Vosotros ya me entendéis”. Todo depende del auditorio. Son juegos de palabras con los cuales el que habla pretende conseguir dos objetivos muy claros. El primero es terminar la charla o disertación, evitando así la posibilidad de un ridículo, al descubrirse que no es capaz de seguir con el tema por falta de conocimientos  suficientes, o tal vez, por haberse metido en un “callejón sin salida” en su exposición.  Y por otra parte, quedar en muy buen lugar, queriendo dar por descontado que todos los que escuchan son tan sabios en la materia expuesta, que no necesitan más explicaciones.

     Otra frase habitual,  sobre todo en una conversación  cara a cara, es  la que utilizan aquellos que afirman “Yo soy así”.  Piensan que es la forma más simple y práctica de excusarse o disculparse de su falta de conocimientos sobre un tema determinado, o sobre todo, de su forma de ser o actuar incorrecta, según los cánones correctos de educación, cortesía y respeto exigidos y valorados por las personas de su entorno habitual, que le suelen escuchar. También viene a servir como una exaltación del ego, al cual elevan casi al nivel de la total perfección. Es decir, una autoafirmación  de que su actitud no se puede mejorar ni cambiar, porque es perfecta.

     Otras variantes del  “Yo soy así” pueden ser “Pretendo ser yo mismo” o “Quiero ser yo mismo”.  Con estas expresiones nos quieren avisar de su independencia de pensamiento y actitud, considerándose además como autodidactas a los que, en general, les ha enseñado únicamente su paso por la vida, en la cual han sido capaces de vencer muchos y muy diversos obstáculos y problemas. Total, que  han forjado su carácter y personalidad a fuerza de “golpes”, lo cual, según suelen pensar, les ha llevado casi a la perfección completa y por eso se creen, en la mayoría de los casos, únicos, diferentes y casi superiores a los demás.

     Es bueno pensar en nuestra superioridad, en el sentido de ser capaces de resolver cuantos inconvenientes nos puedan surgir en la vida, o sea, tener plena autoconfianza y, por supuesto, seguir manteniendo esa creencia y actitud siempre, es decir, seguir siendo el mismo. Sin embargo, como en estos tres casos aludidos, las personas que habitualmente suelen usar estas “curiosas” frases, esconden, la mayoría de las veces, una conducta irregular, que en muchos casos les lleva a alcanzar un excesivo nivel de autoestima y hasta de engreimiento.

     No creo que haga falta explicárselo más. Ustedes de sobra me entienden.

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