También las cosas tienen sus mensajes
y dicen sus palabras en silencio,
tan solo es necesario detenerlas
un momento
y contemplarlas lejos de la prisa;
ellas siempre desvelan sus secretos.
La palabra candente de la piedra,
y la de los caminos polvorientos
y la de la montaña y el barranco,
y la de la llanura y el barbecho…
(Yo he escuchado la voz de la mañana
y la voz de la noche, y del misterio,
y la de las hondas simas, y las cumbres,
la de los campos secos
y la de las nubes que prometen
lluvia que llegue a florecer mi huerto.)