Para llenar un hueco entre dos copas
apenas hace falta la palabra;
basta con aceptar un cigarrillo
y encenderlo después, con eso basta…
Para mirar la luna y las estrellas
apenas hace falta la palabra;
basta con permitir que ellas nos bañen,
calladamente, con su luz de plata…
Para soñar con sensaciones nuevas
apenas hace falta la palabra;
basta con que el silencio nos envuelva
y crezca la ilusión, con eso basta…
Pero para llegarse a los amigos
y hacer que se supriman las distancias,
para sembrar la paz y la sonrisa,
calmar las penas y enjugar las lágrimas,
para decir amor, hermano, y gozo…
¡Para eso sí hace falta la palabra!