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EDUARDO IRLES

 

 

Vicente Ramos

 

 

Nacido en Alicante el 21 de diciembre de 1883, Eduardo Irles Garrigós, amigo entrañable de Gabriel Miró, fue un escritor dotado de muy honda condición humanista y liberal.Yo contaba diecisiete años cuando le conocí en el Archivo Municipal, de cuya dependencia era funcionario, y adonde yo solía ir para leer al maestro Azorín y donde comencé a conocer a Miró gracias a la palabra del archivero y al ejemplar de La novela de mi amigo - edición príncipe- que el mismo me regaló.

Fue Irles un exquisito escritor de arraigo modernista con el sello singular que imprime el alicantinismo. De su pluma, tan fina como su espíritu, surgieron narraciones cortas; ensayos literarios –El espíritu europeo de Larra-; investigaciones históricas -la fiebre amarilla en su ciudad, de 1804-; evocaciones de un Alicante ido para siempre, transidas de inefable melancolía – Páginas de antaño-; artículos sobre el ser y el existir de Les Fogueres; teatro y versos, muchos poemas con la gracia y el misterio del auténtico poeta maravillado por el modo de vivir de su viejo y amado pueblo lucentino, hecho símbolo en el incomparable Romans del bon alicantí que comienza de esta guisa:

En tartaneta de fira

munta el bon alicantí.

Fragancies de mar y alfábega

embalsamen el matí.

Era un encanto dialogar con él. Sentados frente al mar, paseando por la Expla-nada, por los muelles o por los caminos de Vistahermosa o de San Juan hemos escu-chado  muchas  veces  su palabra entrañada de anchas y hondas emociones amicales                                            

y literarias. ¡Cuántas veces me habló de Sigüenza! Y su voz se encendía en llamas de admiración y era también cáliz sagrado, custodio de la limpia memoria del amigo y maestro.

Pero al escritor Irles le faltó aliento, voluntad de caminar sin desmayos por la difícil senda de la literatura para cuyo cultivo mostraba tantas y tan excelentes condiciones. Su pluma se paralizaba en el ensueño de las contemplaciones paisajísticas.

          Definitivamente, Eduardo Irles Garrigós, que falleció en su Alicante el 5 de febrero de 1954, per-teneció a la clase de alicantinos que dormitan, se-gún la exacta definición del poeta Rodolfo Salazar.

 

  Eduardo Irles, retrato por Emilio Varela

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