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PREMIO NOBEL DE ECONOMÍA, 2009
(Por de Vicente Llopis Pastor)

Vicente Llopis Pastor


     Como viene siendo habitual cada mes de octubre, la Real Academia de Ciencias de Suecia ha concedido sus Premios Nobel correspondientes al actual año. En el caso del Nobel de Economía ha recaído en los estadounidenses Elinor Osrom y Oliver E. Williamson por “sus análisis sobre la política económica y sobre los límites de las empresas”.

Elinor Osrom      En el caso de Elinor Osrom, la primera mujer que ha recibido un Nobel de Economía, ha sido galardonada por “sus teorías sobre el papel de las empresas en la resolución de conflictos y por sus análisis sobre las transacciones económicas que se realizan no sólo a través de los mercados, empresas, asociaciones y familias”. Por lo que he leído se trata de demostrar cómo las asociaciones de propietarios pueden administrar con éxito propiedades comunales y toma de decisiones más eficientes por poderes ajenos, los cuales, naturalmente, no tienen el mismo nivel de experiencia y conocimientos para darles normas de funcionamiento. Me parece que es una forma de demostrar la validez de la autogestión basándose en casos muy concretos y puntuales estudiados por la galardonada y que hace excesivo uso del empirismo y una metodología inductiva que puede ser válida para múltiples casos pero que es incompleta porque no usa la deducción complementaria; todo lo cual me recuerda “la controversia del método” que ya apareció en la Ciencia Económica en el siglo XIX entre la Escuela Histórica Alemana de Schmoller y la Escuela Marginalista de Viena de Menger. De todas formas no hay que quitarle méritos a los estudios de la señora Osrom.

Oliver E. Williamson     Respecto a Olivier E. Williamson, ha sido galardonado por “la política económica, los relativos al papel de las empresas como estructuras de gobierno alternativas y sus límites”. Este enfoque me remite al llamado “institucionalismo” del estadounidense Thorstein Veblen, de finales del siglo XIX, que considera a la economía como una ciencia que estudia la sociedad a partir de las instituciones formales y de cuán efectivo es su funcionamiento, y cuyas bases son igualmente la Escuela Histórica Alemana; también con metodología inductiva. Este “institucionalismo” tuvo mucho eco en su momento porque preconizaba el papel de las instituciones para mitigar el exagerado darwinismo de los operadores económicos que conllevaría a que sólo perdurasen los más fuertes. Por cierto que este tema de las instituciones y las empresas son muy de actualidad por la crisis financiera que ha habido en los últimos años y por el papel que han jugado unas y otras, a veces con opiniones maniqueas de los buenos y los malos.

     Mi conclusión desde el punto de vista académico es que el paradigma de la investigación en Ciencia Económica galardonado este año ha sido la parte “social” de la Economía, volviendo con ello a sus orígenes, y que el enfoque metodológico de los premiados se ha basado en la inducción, mediante la observación de fenómenos y hechos puntuales, normalmente verificados estadísticamente, de los cuales se sacan conclusiones generalizadas pero que no estoy convencido de que sirvan para todos los lugares y épocas.

    De todas formas creo que el Premio Nobel de Economía del presente año ha roto algo el exceso de enfoque de “economía neoclásica” y de análisis marginal y de equilibrio oferta-demanda, con los que se han sazonado durante muchos años estos Premios y que en buena parte han ido a parar a economistas afines a la Escuela de Chicago

     Bienvenidos al Olimpo de los Premios Nobel de Economía a Elinor Osrom y Oliver E. Williamson, con los cuales ya son sesenta y siete galardonados en cuarenta y una ediciones desde que el Banco Central de Suecia, en el año 1969, acordara su incorporación con motivo del tercer centenario de su constitución como Banco Central Sueco.   

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