¡Recuerdo hoy tan bellas cosas!
Son cosas de mi niñez;
de la inocencia escondida
en tantas cosas sencillas,
en los juegos que jugué.
Aquella pelota de trapo
y el tapón de la escopeta
que yo, cazador, disparaba
contra el gato que intentaba
salir por aquella puerta.
Un sencillo camión de madera,
el cubo y aquel rastrillo
con que arañaba la arena
buscando piedras y conchas
que me ofrecían su brillo.
Aquella pelota de trapo
y el tapón de la escopeta
que yo, cazador, disparaba
contra el gato que intentaba
salir por aquella puerta.
Un sencillo camión de madera,
el cubo y aquel rastrillo
con que arañaba la arena
buscando piedras y conchas
que me ofrecían su brillo.