Diré las confidencias que el sendero
que vengo recorriendo sin descanso
ha dejado en mi pulso y mis oídos…
Confidencias de polvo, y de zarzales,
y de barro y sudor, y de agonía,
de la esperanza que al camino alegra,
y de saber perdido sin remedio
todo el afán que señaló mis rumbos…
Diré las confidencias de esta ruta
atormentada, tras la paz que busco
del soplo soledoso que me envuelve,
y de cuantas tristezas me acongojan…
Os diré confidencias…
Confidencias
de cómo soy y cómo pienso, y cómo
prosigo mi camino y mis caídas
levantando mi cuerpo a cada instante…
Pero…
¡Será mejor que las silencie
Y que siga adelante sonriendo!