Índice de Documentos > Boletines > Boletín Abril 2010
 

 

EL SENTIDO COMUN
(por Gaspar Pérez Albert)


     En mis colaboraciones con este Boletín he dejado escritos comentarios y opiniones sobre diversos temas en los cuales siempre he procurado no expresar ideas ni pensamientos que tengan que ver con conceptos de tipo moral, religioso o, sobre todo, político. Y así he intentado no molestar ni provocar lo más mínimo a las personas, tanto individual como colectivamente. Tampoco he querido nunca criticar ni mucho menos juzgar sus ideas o forma de pensar. En alguna ocasión, por circunstancias imprevistas o por el desarrollo de los acontecimientos de actualidad, he creído que mi comentario podría haber llegado a molestar a personas o colectivos de determinadas ideas o pensamientos. Advertida esta circunstancia, he intentado evitar la publicación de mi escrito. Sin embargo, alguien, con más y mejor criterio y visión de la actualidad, me ha indicado que mi comentario no tenía porqué  no publicarse, puesto que su contenido era de “sentido común”. Ante tal opinión, repito que mucho más autorizada que la mía, he recordado aquel dicho conocido de que “el sentido común es el menos común de los sentidos” y considero que tal afirmación puede no ser del todo cierta, sobre todo si se tiene en cuenta que yo mismo, al parecer, lo he utilizado, lo que quiere decir que si yo he sido capaz de hacerlo, muchos más podrán hacerlo y por lo tanto puede ser común a casi todo el mundo. Es lo lógico y quizás por ello a veces pienso que no es el menos común, sino todo lo contrario.

     Ahora bien, desde otro punto de vista menos lógico y más ético, este sentido común viene a ser, cuando menos, “diferente” a nuestros sentidos corporales  -por cierto comunes a todos, sin duda-, y por supuesto, tan importante como infrecuente. No es fácil expresarse y opinar sobre cualquier tema o asunto sin herir, molestar o ningunear de algún modo a nadie y, seguramente, eso solo se consigue con buenas dosis de sentido común. De ahí su importancia en relación con nuestros cinco sentidos. Importancia demostrada en aquellas ocasiones y ambientes en los que quedan al descubierto nuestras pautas de comportamiento  individual o colectivo.

     Los seres humanos generan sus propias ideas o las aceptan o rechazan, si no son propias. Pero en ambos casos, llevarlas a la práctica sin molestar a nadie en su desarrollo, precisa de su sabiduría y de bastante sentido común.

     Basándome en estas mis apreciaciones, acertadas o equivocadas, considero que con el sentido común por bandera ha de resultar relativamente fácil vencer los obstáculos que pueda presentar la convivencia con nuestros semejantes y así poder, tal vez, salir adelante sin demasiada dificultad en la vida, lo que demuestra su influyente importancia y al mismo tiempo avala su condición de “poco común”.

Volver