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VIAJE AL SEGORBE
(por Francisco Navarro Balsalobre)


     El jueves 10 de febrero iniciamos el viaje en dos autobuses –uno con salida en Murcia y el otro en Alicante- para dirigirnos por la autovía del interior hacia la provincia de Castellón, en concreto a Segorbe en su comarca interior del Alto Palancia, situada en un lugar destacado en el camino natural entre la costa mediterránea y Aragón, que ha ido históricamente conformando las tradiciones, cultura, arte, gastronomía e idioma de sus gentes con una marcada influencia del avance de la reconquista en el siglo XIII del reino de Aragón.

 

     Tras recoger a compañeros en Elda, realizamos la parada técnica de rigor en Fuentelahiguera y nos adentramos en la provincia de Valencia por ese bonito valle, jalonado por poblaciones históricamente importantes: Mogente, donde se descubrió un icono del arte ibérico, la escultura de 10 cm. del Guerrero de la Bastida; Montesa, con las impresionantes ruinas de su castillo, sede en su día de la importante Orden Militar de su mismo nombre; Xátiva, con resto de su importante muralla y reminiscencias papales; la Acequia Real del Júcar, etc. Casi sin darnos cuenta llegamos a la vista de Sagunto, cuyos restos nos evocaron cuando de niños estudiábamos Historia de España “…Sagunto, ciudad ibera alidada de Roma que resistió heroicamente a Aníbal y fue por ello aniquilada…”, adentrándonos por la autovía mudéjar hacia Segorbe, donde aparcamos junto a su célebre monumento alegórico a la Entrada de Toros y Caballos, que se celebra desde 1592.

 

     Visitamos la catedral, de construcción inicial del siglo XIII y remodelada en el XVIII, de estilo academicista, bastante atractiva en su sencillez, pasando al claustro contiguo -magníficamente restaurado- donde pudimos admirar su amplia colección de retablos de pintura gótica valenciana, que es la mejor colección tras el museo de Bellas Artes de Valencia, quedando boquiabiertos al contemplar un relieve de La Virgen de la leche en mármol de Carrara de Donatello.

 

     Vueltos al autobús, y tras atravesar la antigua muralla del siglo XIII por el Arco de la Verónica y pasar junto a la Torre del Botxi (verdugo en valenciano), llegamos a la Fuente de 50 caños, cada uno de ellos con el escudo de una provincia española, donde ¡sorpresa! el único que no manaba agua era el de ¡¡Alicante!!, ¿será casualidad?

 

     A unos minutos teníamos el restaurante donde degustamos una apetitosa comida y posteriormente nos dirigimos a la población lindante, Navajas, cuyo nombre según nos explicó el guía, no tiene nada que ver con cuchillos, navajas, navajazos, etc., sino que proviene del nombre que los árabes dieron a aquel lugar, visitando un bello paisaje de varias cascadas que vierten sus aguas desde 60 metros a un claro y transparente río Palancia y en el que nos relajamos un buen rato antes de iniciar el camino de regreso, amenizado por el compañero Rafa Carratalá con su fina ironía contando chistes uno tras otro, que consiguió que casi se nos hiciera corto el regreso.

 

     En resumen, un nuevo éxito de estos viajes de un día de Obra Social y Medymed, perfectamente acompañados por Águeda y José como guías.

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