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MI ABUELO ´XIULANTE´ * EL CÍRCULO DEL 99
 
Mi Abuelo… junto a la chimenea… escuchaba una conversación que teníamos los nietos y que… con bastante viveza… discutíamos.

Qué es ser rico?... Qué es ser pobre?... Tú eres más rico que yo?... Yo soy más pobre que tú?... Nos interrumpió y nos dijo… Os contaré una historia que… al terminar… os dará motivos de reflexión…

Contaba mi Abuelo que... había una vez un rey que siempre estaba triste y tenía un sirviente que... como buen sirviente de rey triste... era todo lo contrario... Era mayor y un veterano de la profesión… ya había trabajado para el padre del rey… Se las sabía todas y era un hombre muy feliz... todas las mañanas le llevaba el desayuno a su señor cantando y tarareando alegres canciones... una sonrisa se dibujaba en su distendida cara y su actitud para con la vida era siempre serena y alegre...

Un día el rey le llamó y le preguntó... Paje... cual es el misterio de tu vida... el secreto de tu alegría?

.- No guardo ningún secreto... Señor... no hay ningún secreto..- No me mientas... por qué estás siempre alegre y feliz?... por qué?
.- Majestad... no tengo razones para estar triste... Vos me honráis permitiéndome atenderos... Tengo a mi esposa e hijos viviendo en la casa que la Corte nos ha asignado... Somos vestidos y alimentados... y además.... me premiáis de vez en cuando con algunas monedas para darnos algunos gustos... cómo no ser y estar feliz?
.- Tú tienes algún secreto que me ocultas... Nadie puede ser feliz por esas razones que me has dado... Vete!... Vete!... antes de que te haga azotar!!!

El paje se retiró vencido por la enérgica reacción del rey... quien se quedó pensativo... preocupado... sin conseguir explicarse cómo se podía ser feliz viviendo de prestado... usando ropa usada y alimentándose de las sobras de los cortesanos...

Ya más calmado llamó al más sabio de sus asesores y le contó su conversación de la mañana...
.- Por qué él es feliz?... le preguntó el rey.
.- Ah... Majestad... lo que sucede es que él está fuera del círculo.
.- Fuera del círculo?... y eso es lo que lo hace feliz?
.- No... Majestad... le respondió el sabio... eso es lo que no lo hace infeliz.
.- Perplejo el rey le dijo... A ver si entiendo... estar en el círculo te hace infeliz?... y cómo salió?
.- Nunca entró... le contestó el sabio.
.- y qué círculo es ese?
.- El círculo del 99.
.- En realidad no entiendo nada... dijo el rey.
.- La única manera para que lo entendáis sería mostrándoos con hechos... haciendo entrar al paje en el círculo
.- Muy bien!... obliguémosle a entrar en el círculo.
.- No... Majestad... nadie puede obligar a nadie a entrar en el circulo... habrá que darle una oportunidad... él entrará solo en el círculo
.- Y no se dará cuenta de que eso es su infelicidad?... y no podrá salir?
.- Sí se dará cuenta... pero no lo podrá evitar... y no podrá salir.
.- Estáis dispuesto a perder un excelente sirviente para poder entender la estructura del círculo?... Esta noche os pasaré a buscar... debéis de tener preparada una bolsa con 99 monedas de oro... ni una más ni una menos... 99.

Esa noche el sabio pasó a buscar al rey... juntos se escurrieron hasta los patios del palacio y se ocultaron junto a la casa del paje... Esperaron al alba... Cuando dentro de la casa se encendió la primera vela... el hombre sabio agarró la bolsa y le pegó un papel que decía...
“...Este tesoro es tuyo... Es el premio por ser un buen hombre... Disfrútalo y no cuentes a nadie como lo encontraste...”

Ató la bolsa con el papel en la puerta del sirviente... golpeó y volvió a esconderse... El sirviente vio la bolsa... leyó el papel... agitó la bolsa y al escuchar el sonido metálico se estremeció... apretó la bolsa contra su pecho... miró hacia todos lados y entró en su hogar...

El rey y el sabio se arrimaron a la ventana para ver la escena... el comportamiento del paje...

Ya en su casa... con su brazo arrojó al suelo lo que había sobre la mesa... solo quedó la vela... estaba nervioso y emocionado al mismo tiempo...
Se sentó y vació el contenido de la bolsa...
Sus ojos no podían creer lo que veían...
Era una montaña de monedas de oro!!!...

Él... que nunca había tocado una de estas monedas y ahora tenia una montaña de ellas...
Las tocaba y amontonaba... las acariciaba y hacia brillar a la luz de la vela... las juntaba y desparramaba... hacía pilas de monedas...
Así... jugando y jugando comenzó a hacer montones de 10 monedas... Un montón de diez... dos montones de diez... tres montones... cuatro.. cinco... seis... y mientras sumaba 10, 20, 30,40,50,60... hasta que formó el último montón... 99 monedas!!!

Su mirada recorrió la mesa... buscando una moneda más... luego al suelo y finalmente la bolsa...
“No puede ser...”... pensó... Puso el último montón al lado de los otros y confirmó que era más bajo...
.- Me robaron... gritó... me robaronnnnnn!!!!
Una vez más buscó en la mesa... en el suelo... en la bolsa... en sus ropas... vació sus bolsillos... corrió los muebles... pero no encontró lo que buscaba... Sobre la mesa... como burlándose de él... una montañita resplandeciente le recordaba que había 99 monedas de oro... solo 99...
.- 99 monedas es mucho dinero... se decía... pero me falta una moneda... Noventa y nueve no es un número completo... Cien es un número completo... pero noventa y nueve... no!

El rey y su asesor miraban por la ventana... La cara del paje ya no era la misma... estaba con el ceño fruncido y los rasgos tensos... los ojos se habían vuelto pequeños y arrugados y la boca mostraba un horrible rictus por el que asomaban los dientes...
El paje guardó las monedas en la bolsa y mirando a su alrededor por si alguien de la casa lo veía escondió la bolsa entre la leña... Tomó papel y pluma y se puso a hacer cálculos..

.- “Cuánto tiempo tendría que ahorrar para comprar su moneda número cien?... Hablaba en voz alta... Habría que trabajar duro para conseguirla... se decía... Después quizás no necesitara trabajar más... Con cien monedas de oro un hombre puede dejar de trabajar... Con cien monedas de oro un hombre es rico... Con cien monedas se puede vivir tranquilo... Sacó el cálculo... Si trabajaba y ahorraba su salario y algún dinero extra que recibía... en once o doce años juntaría lo necesario... “Doce años es mucho tiempo”... pensó... Quizás pudiera pedirle a su esposa que buscara trabajo en el pueblo por un tiempo... Y él mismo... después de todo... él terminaba su tarea en palacio a las cinco de la tarde... podría trabajar hasta la noche y recibir alguna paga extra por ello...

Sacó las cuentas... sumando su trabajo en el pueblo y el de su esposa... en siete años reuniría el dinero... “Era demasiado tiempo!”
Quizás pudiera llevar al pueblo lo que quedaba de comida todas las noches y venderlo por unas monedas... De hecho... cuanto menos comieran... más comida habría para vender... vender... vender...
Estaba haciendo cálculos... Para qué tanta ropa de invierno?... Para qué más de un par de zapatos?... Era un sacrificio... pero en cuatro años de sacrificios llegaría a su moneda cien... “

El rey y el sabio volvieron a palacio... El paje había entrado en el Círculo 99.

Durante los siguientes meses el sirviente siguió sus planes tal como se le ocurrieron aquella noche... Una mañana entró a la alcoba real golpeando la puerta... refunfuñando y con aire de mal café...
.- Que te pasa ?... preguntó el rey con muy buenos modos...
.- Nada...no me pasa nada...
.- Antes... no hace mucho... reías y cantabas en todo momento.
.- Hago mi trabajo... no?... respondió el paje... Qué querría Su Majestad... que fuera su bufón y su juglar también?

No pasó mucho tiempo para que el rey pensara en despedir al paje... No llegó a hacerlo… el paje se “escaqueó” la noche anterior… su cuerpo no pudo resistir la enorme presión a que se veía sometido y… se j…. el invento.

Y me pregunto… donde quedan aquellas responsabilidades tardías?... aquellos compromisos ineludibles?...

Cada uno podrá pensar de diferentes maneras… yo no tengo el secreto o la fórmula idónea para cada cual… pero es posible que lo del rey y el paje sean motivo de reflexión… lo que no me cabe duda es que la etapa de “La última Conquista” necesita de mejor atención y sacarle más valiosos beneficios…

Ahora… que cada cual coja lo que le corresponda…
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Gracias, Abraham… A la recíproca para casos análogos.

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