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AL HABLA CON…

 

MANUEL SÁNCHEZ MONLLOR

 

                                                                                                                                          Vicente Esteve                     

 

 

 

Había oído hablar mucho, y bien, de él pero no le conocía; así que concerté una cita y me recibió en su domicilio. Alabó mi puntualidad y yo su buen recibimiento. Con el verde de los árboles del Paseo de Canalejas, el azul del mar del puerto deportivo y los ocres del monte Benacantil con su “cara del moro” como vistas privilegiadas desde su terraza, le pido que, aunque resulte difícil resumirla, me haga una semblanza de sus datos personales, familiares y profesionales:

- Nací en el alicantino barrio de Carolinas Bajas, en la calle Carlos Arniches, el 25 de Abril de 1936. Todos los miembros de mi familia, desde 1810, son nacidos en Alicante o provincia. Soy hijo de Maes-tro de Escuela que impartió clases en los Salesianos y en escuelas públicas de la provincia y de la capi-tal; mi madre era modista. Fui alumno salesiano y de mi propio padre, siendo niño, en los pequeños pueblos donde ejercía de Maestro Nacional. Mi adolescencia la pasé con mis abuelos maternos, y con tan solo catorce años, sin conocimiento de mis padres, trabajé en dos farmacias, simultaneándolo con mis estudios. Con dieciséis ingresé en la Caja de Ahorros del Sureste de España como Becario, en la sucursal Urbana 29, en Alicante. Por aquel entonces la Caja, que gestionaba 29 sucursales y unos doscientos millones de pesetas de recursos ajenos, inició una gran expansión y me trasladé a Beniel, y colaboré en la primera andadura de diversas oficinas de la entonces provincia de Murcia. Ya auxiliar administrativo realicé estudios mercantiles y de dirección de empresas. Fui corresponsal del periódico deportivo Marcador de Alicante. En 1960 me trasladé a Benidorm, y en el 61 contraje matrimonio con Carmen Mateo, de Beniel. Tenemos tres hijos nacidos en Alicante: Yolanda, Doctora en Filología Inglesa; Manolo, Apoderado Financiero, y Benjamín, que es Ingeniero Informático. Nos han dado tres nietos nacidos en Alicante, Jorge de 15 años, Nicolás de 11 y la pequeña Sandra de 9.

Observo que una fotografía, en la que están los tres nietos, ocupa un lugar destacado en la biblioteca del salón. Tras una pausa me sigue informando sobre lo solicitado pero, por razones obvias de espacio, lo resumo, y dejo algunas cosas sin mencionar. Es inevitable cuando escribo sobre una vida tan intensa y activa. Continúa:

 

 

- En 1968, por  un  infortunado  atraco que sufrió la Caja y mi comportamiento en él me concedieron la Medalla Individual al Mérito en el Ahorro; fui Ase-sor de Métodos, Jefe de Ahorro en la oficina Princi-pal, Delegado en las urbanas La Albufereta y Edifi-cio Alicante y dirigí durante nueve años la sala de exposiciones de la Caja en Alicante. En 1978 acce-dí por elección y por el grupo de “Jefes” al Consejo de Zona de Alicante. En 1981 fui nombrado Secre-tario del Concurso de Cuentos Gabriel Miró y ese mismo año formé parte del Patronato del Museo “Colección de Arte Siglo XX” por designación de Eusebio Sempere. Desde 1982, hasta mi prejubila-ción en enero del 94, dirigí el Departamento de Obras Sociales que después fue Subdirección y más tarde Dirección; como Consejero formé parte de la Comisión de Obras Sociales dependiente del Con-sejo de Administración y también Coordinador y Vicepresidente Nacional de los Jefes de Obras So-ciales de las Cajas de Ahorros y representante de la Federación de Levante. Se me concedió la medalla de oro del Club Atlético Montemar de Alicante y la primera medalla del Conservatorio Superior de Mú-sica “Oscar Esplá”. Al prejubilarme en 1994 el Con sejo de Administración me otorgó el nombramiento de Director Honorario Vitalicio de Obras Sociales de la Caja lo que supuso para mí, además de un gran honor, un brillante cierre de mi vida activa en la Entidad. Ya prejubilado, como me resulta difícil estar sin hacer nada, en 1994 inicié gestiones direc-tas con los herederos de ilustres personalidades y logré que éstos donaran a la CAM sus valiosos pa-trimonios documentales, para lo cual realicé en los domicilios de aquellos la ordenación y catalogación de miles de documentos personales y de creación literaria de GABRIEL MIRÓ; la biblioteca y docu-mentación personal del compositor OSCAR ES-PLÁ y la biblioteca y documentación científica y personal del economista y humanista GERMÁN BERNÁCER. Durante dos años, de 1998 a 2000, dirigí la Fundación Cultural Miguel Hernández de la que actualmente soy Patrono. Y durante los últi-mos ocho años, hasta que cumplí 70, también ges-tioné como Director Gerente el Teatro Principal de Alicante programando más de 400 espectáculos y logrando índices máximos de asistencia y recau-dación, lo que lo situó entre los veinte primeros de España y segundo de la Comunidad Valenciana.

Le pregunto: ¿Cuándo te jubilas?, y me responde: - Quise que mi prejubilación fuese lo más activa posible y así resultó, pero desde que en 2006 cumplí 70 años me dedico sobre todo a la familia, procurando ayudarles en cuanto puedo, y a poner orden en mi descuidada biblioteca y documentación cultural reunida. Intento –me dice – dejar a hijos y nietos el mejor recuerdo posible.

Compruebo que posee una extensa biblioteca y que en ella se encuentran primeras ediciones, incluida la conmemorativa de Gabriel Miró, algunas con dedicatorias manuscritas por el autor, las obras completas, editadas por Aguilar, de Azorín y de Arniches, primeras ediciones del siglo XIX de libros dedicados a la Historia de Alicante, los libros publicados con escritos de Oscar Esplá, muchos sobre los poetas de la generación del 27, las biografías, con dedicatorias a Manuel Sánchez, de Albert Boadella, de Adolfo Marsillach, de Els Joglars y del escritor Francisco Ayala… así como varios centenares de postales de Alicante en los principios del siglo veinte.

Continúo preguntándole ¿qué tal físicamente?      - Pues muy bien gracias a Dios. Paseo diariamente sobre hora y cuarto por la orilla del mar y los fines de semana sigo practicando el tenis con los compañeros.

¿Y otras actividades?

- Al igual que a Carmen, mi esposa, me gusta la lectura y sobre todo “bucear” en la vida de los escritores y poetas a través de sus biografías y epistolarios cruzados, tratando de descubrir su pensamiento y personalidad al margen de la obra publicada. La pintura es otra de mis aficiones y llegué a exponer en colectivas provinciales y nacionales, pero ahora lo limito a algún dibujo. Desde hace varios años en mi esposa y en mí se ha acrecentado el interés y el placer estético por la ópera y la música sinfónica, por lo que somos abonados en el Palau de Les Arts de Valencia y frecuentamos el Auditorio y Palacio de Congresos de Murcia. Al teatro, claro está, somos asiduos en Alicante. De forma esporádica, y sobre todo temas culturales, suelo publicar artículos en el periódico Información.

¿Y qué te parece el Alicante actual?

- Alicante ofrecía posibilidades de un desarrollo más ordenado, más verde y más amable para con los peatones, pero tenemos la gran suerte de que la luz mediterránea inunda la ciudad y – con palabras de Gabriel Miró - “el cielo de mar y el sol de mar” la hacen siempre apetecida e ideal para vivir en ella, aunque necesita más espacios verdes y mayor diversificación de la oferta cultural.

Sobre nuestra Asociación, ¿quieres pronunciarte? – Desde  hace  unos  años ha multiplicado su activi-

 

dad y tiene un mayor dinamismo con tendencia a la participación de los asociados. El Boletín está integrando a muchos asociados y dando una imagen muy positiva de sus variadas iniciativas. Existe la dificultad de disfrute y participación de los que residen lejos de los principales  locales sociales, pero aunque esto tiene difícil solución sé que estáis en la búsqueda de las mejores soluciones. Observo el interés que despiertan los Foros de Debate y la incipiente Biblioteca JubiCAM se va consolidando con fondos multidisciplinares que aumentan con las donaciones de compañeros e instituciones, así como las posibilidades de uso por los compañeros.

Y para terminar, ¿nos puedes contar alguna anécdota?

- Me ocurrió en un pueblo. Por los años cincuenta había un alto índice de analfabetismo y esto obligaba a que a muchas personas se les recogiese la huella dactilar. Una señora relativamente joven se sonrojaba cada vez que había de hacerlo. Le ofrecí enseñarle a escribir su nombre y se lo escribí en un papel para que lo repitiese muchas veces. Cuando María Ruiz, así se llamaba, pasado un tiempo volvió, me dijo con enorme satisfacción – “Ya sé dibujar mi nombre” y a renglón seguido me entregó un pollo vivo que no pude rechazar de ninguna manera. Sin saber qué hacer con él lo metí en el Archivo, pero en un descuido se escapó, y aún recuerdo a todos, empleados y clientes, corriendo por dentro de la oficina tras el pollo para cogerlo, y los enormes saltos que éste daba.

¿Alguna cosa más que quieras decir?

- Sí, creo que hemos tenido la fortuna de trabajar en una Entidad que ha sido un aula permanente de desarrollo personal y de formación profesional y humanística, que ha abierto muchas posibilidades de crecimiento a quienes han manifestado inquietudes o planteado iniciativas, y que esto da a la CAM la medida como gran Institución que es y debe seguir siendo siempre.

Gracias, Manolo, por tu amabilidad y por habernos abierto la puerta de tu intimidad para conocerte todos un poco más.

 

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