Una luz muy brillante se ha apagado.
Una luz que brillaba por su ejemplo,
y existe una nueva estrella en el cielo
desde que Pepe López nos ha dejado.
Pienso, ahora que vive en el recuerdo,
en la suerte de haberlo conocido
y siento el gran pesar de haber perdido
a un buen vecino, amigo, y compañero.
Allá donde vaya, estoy convencido,
será muy importante su labor,
y le hará contar con muchos amigos,
causando siempre tal admiración,
que del Creador habrá conseguido
su entrada en el Cielo con todo el honor.
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