El sol, las nubes, la lluvia y el viento
dura batalla debieron librar
para nuestra existencia castigar
con el crudo clima del largo invierno.
Unieron esfuerzos para, al final
poder ofrecernos de nuevo el cielo,
mostrando su azul luminoso y bello
muy propio del tiempo primaveral.
El más radiante sol brilla de nuevo
y trae el calor de un verano agobiante.
que nos llevará hacia un otoño incierto
con ambiente templado, aunque cambiante,
que nos producirá gran desconcierto,
por temor, de nuevo, a un invierno entrante.