YO SOY YO AQUI Y AHORA VERDAD INDISCUTIBLE
(por Matías Mengual)
|
|
Cada vez que dices o piensas en el Yo afirmas la existencia de tu Ser y su consciente realidad. No puedes decir con verdad: “Yo no existo aquí en este momento”, porque aunque intentaras hacer tal negación, tendrías conciencia de que quien niega es el mismo Yo. Yo soy Yo aquí y ahora es, por lo tanto, el único punto respecto al cual podemos sentirnos absolutamente ciertos y seguros. Decíamos el mes pasado que podemos dudar del testimonio de nuestros sentidos; pero nunca de la conciencia de que existimos como seres conscientes.
Por eso, cuando decimos o pensamos “Yo soy Yo”, es conveniente que puntualicemos “aquí y ahora” para destacar la particular situación que estamos experimentando en el espacio, a la vez que concretamos en el tiempo el momento que igualmente experimentamos. No es baladí que destaque en negrita tales precisiones ya que hemos de ser conscientes que estamos utilizando nuestro poder personal, como instrumento que es de nuestro Ser. O sea, que, antes de ejercer fase alguna de tu Poder Personal, necesitas alcanzar clara conciencia de ti mismo como una realidad más allá de tus cuerpos físico o mental.
Y ello porque se nos confiere el poder personal para el uso y no para la retención. En la naturaleza hay una ley de uso como hay una ley de atracción. De la propia suerte que el proceso volitivo no está completo sin la acción, ni el de idear lo está hasta que la idea adquiere expresión externa, así tampoco está completo el poder personal hasta que se usa, emplea, manifiesta y expresa.
¿Cómo, si no, gracias a exteriorizar sonidos con significado (primitivas palabras), empezó nuestra evolución? Al principio era el Verbo, y el Verbo estaba en Dios, y el Verbo era Dios”. (San Juan, 1, 1)
El eminente psicólogo Halleck dice: “Una idea tiene siempre un elemento motor, aunque enigmático; o dicho de otro modo, una idea es prácticamente un incipiente motor de acción; y un motor de acción, a menos que se le refrene, propende a ponerse inmediatamente en definida acción…” Bien que habremos deseado alguna cosa torpemente, por habernos faltado la buena idea o su correcta interpretación, concedo yo.