A LOS REYES MAGOS DE ORIENTE
(por Ana Burgui)
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Conocí a Carmen en uno de esos cursos que organizaba el ayuntamiento de mi ciudad, concretamente en uno de costura hace un par de años, aunque ella era diez años mayor que yo teníamos muchas cosas en común y hablando hablando continuamos nuestra amistad, nos veíamos con cierta frecuencia y nos llamábamos por teléfono. En la última visita que le hice antes de Navidad me enseñó esta carta y la comentamos detenidamente con el corazón en los labios, yo escéptica en mis argumentos y ella confiada en los suyos.
“A los Reyes Magos. Oriente.
Me llamo Carmen, tengo setenta y dos años, siempre he vivido aquí en esta ciudad y aunque hace mucho tiempo que no os escribo quería pediros algunas cosas, sé que tenéis línea directa con Él desde aquella visita que le hicisteis a Belén. Yo quería que me trajerais un poco de memoria porque últimamente se me olvidan algunas cosas que me parece que son importantes y que han ocurrido recientemente y que no se me deberían de olvidar, puedo recordar cuando hice la primera comunión pero lo que cené ayer me cuesta. También quiero pediros un poco de alegría que ahuyente esta tristeza, porque por la mañana cuando me despierto empiezo a repasar todo lo que tengo que hacer y me doy cuenta de que lo voy a hacer todo sí, pero sin ilusión, por obligación o porque es necesario. Quiero pediros que me traigáis el perdón de todas las personas a las que he hecho daño siempre sin saberlo, sin querer o sin pararme a pensar en las consecuencias, no por maldad sino por inconsciencia. Eso es algo que he hecho demasiadas veces, no pararme a pensar en las consecuencias, porque todo acto que hacemos tiene consecuencias y no sólo para uno mismo sino para los que nos rodean. También os pido que me deis la facilidad del agradecimiento, porque debe de ser sencillo agradecer a quien te ha hecho bien aunque sólo sea con una sonrisa, unas palabras o un gesto, ¿y por qué a veces resulta difícil hacerlo? Y si pudiera ser quisiera que me dierais más claridad de pensamiento para comprender mejor y entender las situaciones cuando me las exponen, aunque utilicen pocas palabras.
Y lo más importante para mí, pediros que me evitéis una larga enfermedad, quisiera una muerte rápida y a ser posible que no sea muy dolorosa o en todo caso que cuando llegue el momento pueda tener a alguien que esté conmigo y me ayude a sobrellevar los días.
Ya sé que son demasiadas cosas que no sé si merezco pero os prometo que haré buen uso de ellas.
Fdo. Carmen”
Aquella mañana al hojear el periódico del día me encontré con esto. Mi boca se abrió en un interrogante ¿había llegado esa carta a su destino?
Carmen Costa García. Ha fallecido el día trece marzo del año 2011, a los setenta y dos años de edad, debido a una repentina embolia. Sus desconsolados hijos, hijos políticos ruegan un eterno descanso por su alma. D.E.P.