No quiero ser imprudente,
ni tan siquiera atrevido,
mas estos versos que escribo
me delatan totalmente.
No tengo porque opinar
de algo que no domino
de decir lo que digo
bien me debiera guardar.
Cometeré una imprudencia.
Me debiera reprimir.
Y algo me empuja a escribir,
incluso con vehemencia.
Pero ya puesto a escribir,
con estos versos me atrevo,
una vez pasado el miedo
que me lo quiso impedir
|
No encuentro un tema posible,
por mi corta inteligencia.
Carezco de arte y ciencia
y me resulta imposible.
Y por mucho que lo intente
y aunque recurra a mis musas,
con contundencia es excusan,
llamándome incompetente.
Deprimido me han dejado
con su opinión sobre mí
y sólo puedo decir
que me siento desdichado.
De pronto, como si nada,
de mis cenizas resurjo,
un gran coraje acumulo
y otra vez vuelvo a la carga.
|
Con grandes dificultades
pongo mi mayor empeño,
sin embargo, nada encuentro
que me dé facilidades.
Con gran fe sigo insistiendo
y poco a poco, a mi mente,
aunque sea lentamente,
ideas van acudiendo.
Pienso que es una osadía
el atreverme a opinar
de algo, que nunca jamás
en mi cerebro existía,
mas mis musas, con clemencia,
mi atrevimiento han premiado
y a escribir me han inspirado
sobre un tema: “La Prudencia”.
|