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A nuestra madura edad
y siquiera por salud,
debe ser nuestra inquietud
mantener la actividad.
No es actitud conveniente
intentarse relajar
y ver la vida pasar
plácida y tranquilamente.
Cualquier afición u oficio
muy bien nos puede servir
para poder ser feliz
y sentir que estamos vivos.
Y aunque vengan los achaques,
pienso, con mente serena,
que para hacer cosas buenas
nunca es demasiado tarde.
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Nuestra actividad mental,
como escribir o leer,
sin duda, hará enriquecer
nuestro acervo cultural.
Realizar manualidades
o algo de esfuerzo menor
nos trae satisfacción
y preocupación evade.
Realizar cualquier tarea
de ayuda a los desvalidos
o más desfavorecidos
da satisfacción inmensa.
Y para sentirnos fuertes
y ágiles en lo físico,
poder hacer ejercicio
puede ser una gran suerte.
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Y es una sencilla norma
y además es agradable
y también recomendable
caminar de cualquier forma.
Y una forma de altruismo
es andar con alegría
y agradable compañía,
practicando el senderismo.
Sin pausa, pero sin prisa,
entre un buen grupo de amigos,
practicar el senderismo
es una pura delicia.
Y cualquier actividad
que hagamos con ilusión
nos llenará el corazón
de gozo y felicidad.
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