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Andando a tientas
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Matías Mengual ____________________ |
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Estoy liado en la lectura de “La danza de los Maestros de Wu Li”. Según su autor, Gary Zukav, los físicos comparten el sentir de que está a punto de producirse un cambio radical en muchos aspectos. Zucav afirma que aumenta el consenso en torno a la idea de que en un futuro muy próximo seremos testigos del nacimiento explosivo de nuevas ideas que se incorporarán a la escena donde ahora se mueven las antiguas teorías y nos brindarán una perspectiva mucho más amplia de nuestro universo, y por consiguiente, de nosotros mismos.
Newton no hacía hipótesis; basó todas sus leyes en las pruebas que le aportaba la experiencia. Su física está basada en ideas que gobiernan determinados fenómenos y tienen el poder inherente que da su comprensión; existe un mundo externo, aparte de nosotros, en el que podemos observar, medir y especular sin cambiarlo. En cambio, la mecánica cuántica se basa en la idea del conocimiento mínimo de los fenómenos futuros.
En la nueva física nadie ha visto todavía un átomo y mucho menos un electrón. Sus técnicos presentan preguntas como éstas: “¿Existía una partícula con momento antes de realizar el experimento para medir su posición?”; “¿existían las partículas antes de que nosotros pensáramos en ellas y las midiéramos?”; “¿creamos nosotros las partículas con las que experimentamos?”… Ellos creen que no sólo influimos en nuestra realidad sino que, en cierto grado, la creamos.
Y puesto que forma parte de la naturaleza de las cosas el que no podamos conocer al mismo tiempo el momento de una partícula y su posición, sino sólo una de las dos cosas, resulta difícil comprender cuál de sus propiedades queremos determinar. Pues bien, metafísicamente eso está muy cerca de la afirmación de que creamos ciertas propiedades pues los técnicos aseguran ver en las partículas subatómicas como “una tendencia a existir” o “una tendencia a ocurrir”.
La antigua física newtoniana se basa en observaciones de nuestro mundo cotidiano, y predice sucesos –un eclipse, por ej., y nada cambia–. Pero la nueva física, la mecánica cuántica –para los chinos, Wu Li– predice probabilidades –posibilita reacciones, provee–.
Con todo, lo más impresionante es esta pregunta de John Wheeler: Al universo ¿lo trae, de alguna manera, a la existencia la participación de los participantes?... Porque el acto vital es el acto de participación. Y uno piensa: Somos parte de la naturaleza y cuando estudiamos la naturaleza no puede eludirse el hecho de que sea la naturaleza la que se está estudiando a sí misma. Entonces, pregunto yo: ¿Que no estábamos creando ya nuestra realidad?