Pequeño país.- Aquel país interior era tan pequeño que sus fronteras, más que cercanas, estaban superpuestas.
A lo hecho pecho.- Cada vez que terminaba un trabajo, solía exclamar: “A lo hecho, pecho”. Era lógico. Fabricaba sujetadores.
Un bulto sospechoso.- Se quejaba de que era muy poca cosa y nunca llegaría a ser nada. Su amigo, el policía, le rectificaba diciéndole que en la oscuridad de la noche podía llegar a ser un bulto sospechoso.
El hambre.- Aquel indigente, cuando tenía hambre, solía comer por las noches, mientas dormía, soñando con opíparas comilonas.