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Le pot-au-feu

Francisco Navarro Balsalobre ____________________

 

 

 

 

En un frío domingo de finales de enero de 1990 mi hermano Juan y yo, fieles a nuestra cita anual con el Rally de Montecarlo, que ese año, además celebraba su centenario, y acompañados meteorológicamente por los impresionantes restos de varias grandes nevadas en días anteriores que habían convertido la autopista La Languedocienne y la Vía Domitia en un paisaje propio del norte de Europa, decidimos, tras consultar el Road Book del Rally, separarnos unos kilómetros de la autopista para ver pasar a los participantes que habían salido de Barcelona en la etapa de concentración hacia Valence que discurría en parte por La Provence.

     Nos decidimos por Saint Remy de Provence, pequeña pero preciosa ciudad  enclavada  en  el Parque Natural de Alpilles, famosa por sus paisajes y clima que ya cautivó a los romanos, próxima a localidades históricamente importantes como Nimes, Arles, Chateaneuf du Pape y sobre todo Avignon, ciudad de nacimiento de Nostradamus, residencia de artesanos y artistas donde Van Gogh inmortalizó sus paisajes, región de los viñedos “AOC les Baux de Provence”.

     El día era de una luminosidad espléndida, sin apenas viento pero con una temperatura de –3º, por lo que cobijados tras los cristales de la Brasserie Commerce en la Place de la Republique y dado que el primer participante aun tardaría dos horas en pasar, nos dispusimos a almorzar.

     Es costumbre en todas las localidades por donde pasa el Rally que los restaurantes ofrezcan a precios módicos, el “Menú Rally”, que suele incluir casi siempre, dada la época invernal, un guiso tradicional francés, “El pot-au-feu”, algo así como olla al fuego y muy similar a nuestro tradicional cocido pero sin garbanzos y con más verdura.

     De las aventuras francesas de su  juventud  estudiantil, mi hermano me lo recomendó y ese fue mi primer contacto gastronómico con dicho plato al que siempre asocio con uno de los momentos agradables de mi vida.

     Enero de 2012, veintidós años después y de nuevo en “la dulce Francia” esta vez en el 19º Rally Montecarlo Historique. Otra vez juntos Juan y yo, acompañados en esta ocasión por Lola y Mónica, esposas, cuñadas, pero sobre todo excelentes amigas y compañeras de viaje. Ahora la localidad es Antraigues-sur-Volane, minúsculo pueblo de apenas cuatrocientos cincuenta habitantes en la región Ródano-Alpes departamento de Ardèche, enclavado entre nevadas montañas, que en los años 60 conoció su apogeo cuando Jean Ferrat y otros artistas se instalaron allí. Desde 1995 y por iniciativa de su entonces  alcalde  Jean  Saussac,  sus  habitantes decoran las calles con sorprendentes esculturas que deleitan a los curiosos.

     Hoy no hay sol, una neblina grisácea y los –5º acompañan a unos tímidos copos de nieve con los que compartimos el paso de los participantes: un Citroën..., un Mercedes 190..., un... (poner marcas). Al cabo de un rato el intenso frío y la hora 13:30 nos conducen hacia una coqueta brasserie en el centro de la plaza,  “Hotel – Bar – Restaurant - Terrasse-Jardin La Montagne” frente al omnipresente monumento con el que todos los pueblos y ciudades de francesas, honran a “ses enfants morts pour la patrie dans la Gran Guerre”.

     Allí junto a un reparador fuego de chimenea y frente a un ventanal que nos mostraba las alturas que rodean el pueblo totalmente nevadas, nos reencontramos de nuevo con el “Menu Rally” y su reparador guiso tradicional francés, “El pot-au-feu”, acompañado como segundo plato de una buena salchicha de Lyon cocinada en la chimenea. Una botella de Beaujolais Vintage y una foto de los cuatro, inmortalizó el momento.

Receta del pot-a-feu

Plato principal: Carne, (fácil, barato).

Origen de la receta: francesa

Tipo de cocción: placas eléctricas, gas, vitrocerámica

Tiempo de preparación: 25 minutos

Tiempo de cocción: 300 minutos

Ingredientes (6 personas)

1 kg de morcillo de ternera

1kg de falda de ternera,

hueso

500 gr de zanahorias

500 gr de nabos

500 gr de puerros

1 rama de apio

1 cebolla y 6 dientes de ajo   

1 col
3 litros de agua
2 puñaditos de sal
10 gr. de pimienta

Preparación.
 

En una olla grande, poner a hervir 3 litros de agua
con sal y pimienta.
 

En cuanto el agua rompa a hervir, echar la carne, los
huesos y las verduras peladas y enteras (y
previamente lavadas)
 

Dejar que se vaya reduciendo 5 horas a fuego  lento
semi-tapado. Incorporar la col y el ajo una hora
antes de que acabe la cocción.
 

Servir el consomé sólo.
 

Servir la carne y las verduras aparte.
 

No olvidar poner en la mesa sal gorda, pepinillos, mostaza y cebollitas picadas.
    

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