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________________ Programa Cultural Intergeneraciones

La Obra Social CAM, referente y modelo

Carlos Mateo ____________________

 

 

 

 

 

 

 

 

Escribir sobre la Obra Social CAM en el tiempo que estamos viviendo, ya desaparecida la entidad tras su grave desequilibrio e inestabilidad del mapa financiero español, resulta, cuanto menos, especialmente doloroso. La CAM ya se ha transformado en un banco comercial convencional, lo que implica, entre otras cosas, desarraigo de su marco fundacional histórico, cambio de sus objetivos sociales al pasar de entidad sin ánimo de lucro a entidad comercial y la partida a un plano secundario de lo que siempre la ha distinguido: su obra social y cultural.

  

     En estos primeros días de 2013 no tenemos información fiable sobre el próximo futuro de la Obra Social, ni hay apoyos ni hay mecenazgo; sí sabemos que está bajo el protectorado de la Generalitat Valenciana, cosa que no nos produce excesiva confianza en la urgente toma de decisiones para garantizar, en parte, la continuidad de sus actividades.

  

     En la reciente historia de la actuación sociocultural de la CAM, siempre se ha puesto de manifiesto su decidida voluntad por divulgar y potenciar todo lo relacionado con el mundo de las ideas, la cultura y la creación artística. Ha sido pionera, referente y modelo para otras cajas e instituciones españolas. Podríamos señalar como etapa inicial el año 1952, cuando en Alicante, en el noble y emblemático edificio de la calle de San Fernando se inaugura el primer centro cultural, integrado por salón de conferencias y conciertos, sala de exposiciones y biblioteca general. En la década de los 50, apostar por la cultura era todo un signo de progreso. Años después, le acompañarían, entre otras,  las nuevas Aulas de Cultura de Cartagena, Murcia, Elche, Benidorm, Orihuela y, muy reciente, el Centre d´Alcoi. Citar, igualmente, la puesta en marcha, en los años 60, de los bibliobuses de Alicante y Murcia con la misión de llevar el libro y la cultura a  pueblos y lugares apartados de su geografía. Junto a la prestación del libro, realizaron toda una serie de actuaciones: conferencias, exposiciones, cineforum, teatro, actos para escolares, semanas de la juventud…

  

     En marzo de 1974 inició sus actividades el Aula de Cultura de Alicante, dotada de un moderno equipamiento técnico y con una programación continuada, abierta, de alta divulgación. Un auténtico foro de debate del mundo de las ideas y del pensamiento y expresión de las corrientes estéticas y artísticas de la modernidad. En pleno ocaso del franquismo y con una férrea censura vigente, era necesario apostar por el mañana, por vincular la acción sociocultural a un proyecto democratizador. Este concepto fue realidad porque contamos con la rica y generosa aportación de un equipo de colaboradores externos con una gran formación y conocedores de lo que se producía fuera de nuestras fronteras: intelectuales, artistas, educadores, historiadores, críticos de cine y teatro, sociólogos, economistas y, también, es justo reconocerlo, por la tolerancia de que hicieron gala los sucesivos directores generales y altos directivos de la Caja. Ello hizo posible que por nuestras aulas de cultura, por su tribuna pública , “desfilara” lo más representativo de la cultura española, europea y latinoamericana: Miguel Delibes, Torrente Ballester, Camilo José Cela, José Hierro, Antonio Gala, Mario Vargas Llosa, Roa Bastos, Rafael Alberti, Mario Benedetti, Ernesto Cardenal, Umberto Eco, Francisco Ayala, Leonardo Sciascia, Guido Aristarco, Severo Ochoa, José Luís Sampedro, Vázquez Montalbán, José Saramago, Cabrera Infante, Laín Entralgo, José L. Aranguren, Paulo Freire, Alain Tourane, Hugh Thomas, Rigoberta Menchú, Roger Garaudy, Leonardo Boff, Edgar Morin y un interminable etcétera. De la creación artística –cine, teatro y música- también contamos con una larga lista de primeras figuras en el mundo de la escena: compañías, actores, directores y dramaturgos.

  

     En este breve recorrido histórico, obligado es hacer referencia al desarrollo de proyectos singulares como han sido la Casa Museo Modernista de Novelda, la Casa Museo Azorín de Monóvar, la Semana de Cine Naval de Cartagena, la Cumbre Flamenca de Murcia, la Escuela de Pintura del Hort del Xocolater y el Festival Internacional de Cine de Elche y la Cátedra de Cine de Murcia; la importante tarea realizada por los CEMAs –centros de educacional medioambiental- de Los Molinos (Crevillente), Torre Guil (Murcia), Venta Mina (Torrent) y la Font Rotja de Alcoi; todo un gran esfuerzo para educar y sensibilizar al mundo escolar de la necesidad de conocer, respetar y proteger nuestro entorno natural.

  

     Como final, resaltar lo que podría ser el último gran proyecto: la Colección CAM de Arte Contemporáneo, nacida en octubre de 2002 con la clara voluntad de servir al mundo del arte y a la sociedad; de fortalecer el estímulo a la creatividad de los artistas y como oferta cultural a la ciudadanía; de satisfacer así una demanda generalizada de arte y de cultura. Una colección que, con el paso de los años, se convierta en referente o modelo del arte de fines del siglo XX y principios del XXI. Una colección viva y dinámica. Un proyecto abierto y flexible. En estos diez años de vida, ha tenido la fortuna de contar con el asesoramiento de expertos –historiadores y críticos de arte- de reconocido prestigio internacional que siempre han marcado la pauta a seguir y los criterios para la adquisición de obras. La colección cuenta con un patrimonio de unas 250 obras de autores tan significativos como Tàpies, Barceló, Gordillo, R.Canogar, C. Calvo, Equipo Crónica, Equipo Realidad, Guinovart, Hernández Pijoan, Cristina Iglesias, A. Muntadas, Soledad Sevilla, Jaume Plensa, Yturralde… en definitiva, no ya un proyecto, sino una bella realidad que hoy, tristemente, como otras muchas, está en la vía muerta.

   

     Es hora de moverse. Hay que pelear para que la futura Fundación consiga los mayores logros, la mayor vitalidad posible; JUBICAM y Paco Bernabéu lo están haciendo; otros, les seguimos. Se lo debemos a nuestra propia historia y a los cientos de compañeros que han trabajado con mucho esfuerzo, ilusión, rigor y calidad.

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