Índice de Documentos > Boletines > Boletín Junio/Julio 2013
 
______________________________ MICRORRELATOS
 
Gaspar Pérez Albert

FRASES HECHAS
Desconfiaba de los refranes y frases hechas. Tenía los propios y uno de sus ejemplos era: “Acertar es de sabios, los demás rectifican”.

ILUSOS
Un prepotente portugués, orgulloso de su nacionalidad, calificaba de “ilusos” a quienes no fueran compatriotas suyos.

COLECCIONISTA
Un individuo, extremadamente longevo, se presentó a un concurso de coleccionistas sin aportar ningún objeto o efecto coleccionable, alegando que él poseía una numerosa colección de años.

GUERRA FRIA
Un valiente joven, sin duda demasiado friolero, intentó por todos los medios eludir su servicio militar, ante el temor a que lo enviaran  a la llamada “guerra fría”.

   

Rafael Olivares Seguí
 

Nuestro colaborador habitual Rafael Olivares, ha conseguido llegar a finalista del concurso de microrrelatos, Relatos en Cadena, del programa de radio La Ventana, de la Cadena SER, tras superar las fases semanal y mensual. ¡Enhorabuena!

Las bases del concurso explicitan que los relatos concursantes deben comenzar por una frase predeterminada y no superar las cien palabras.

El microrrelato con el que Rafael ha alcanzado la final, en la que competirá en Julio contra otros nueve finalistas, es este:

 

NECESITA MEJORAR

El cabo Hopkins repartía las cartas con la izquierda, con rapidez y precisión, mientras que con la derecha hacía blanco seis veces en una diana a cincuenta metros. Simultáneamente, mantenía en equilibrio, sobre su nariz, una vara de bambú sobre la que rodaba un plato a la vez que, con un pie, daba incontables toques a un balón de cuero sin que le cayera al suelo y en la otra pierna giraba un aro sin parar.

No fue suficiente para ascender a Sargento. El Tribunal apreció cierta rigidez en su mirada.

 

Francisco L. Navarro Albert
 

LA TARJETA TELEFÓNICA.-

Juan era un hombre de escasas luces. Un día, en la ciudad, estaba mirando escaparates y le llamó la atención uno de ellos, repleto de  teléfonos. También había tarjetas que rodeaban un vistoso cartel con la inscripción: “¡Habla con todo el mundo!”

Sin dudarlo mucho, entró y preguntó: “¿Es cierto que con una de éstas puedo hablar con todo el mundo”? El dependiente respondió afirmativamente y Juan  compró una de aquellas tarjetas saliendo a la calle con ella en la mano; abordó al primer transeúnte con el que se cruzó:”¡Hola, qué tal, cómo está!”, le dijo. El hombre le miró con extrañeza y se apartó sin hacerle caso.

Juan regresó a la tienda, buscó al dependiente y le dijo:”¡No funciona, no me hablan!”. A lo que este replicó: “Yo nunca  dije que iban a responderle.”

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