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- SOBRE LA CULTURA
 
Cultura es un vocablo al que hay que acompañar de un adjetivo calificativo para evitar que nos pueda confundir.

Por ejemplo, el concepto de cultura, tal como es utilizado en la investigación sociológica, tiene un significado mucho más amplio que el que se le da comúnmente. El uso convencional del concepto cultura suele referirse a las cosas “más elevadas” del quehacer humano; llámense, pintura, música, poesía, escultura, filosofía y otras materias. Aquí sería sinónimo de lo cultivado o refinado.

Sin embargo, en sociología, la cultura suele referirse a la totalidad de lo que aprenden los individuos en cuanto que son miembros de la sociedad. En este caso sería su forma de vida, su modo de pensar, de actuar y de sentir.
Dicho de otra manera, cultura sería un todo muy complejo que incluye conocimiento, creencias, arte, moral, derecho, costumbres y cualesquiera otras capacidades y hábitos adquiridos por el ser humano en cuanto que es miembro de una sociedad. Según esto, y por citar sólo algunos casos, la técnica de lavarse los dientes, las reglas del fútbol, el procedimiento para elegir Presidente del Gobierno, la aceptación de la música clásica, el reconocimiento de las iniciativas empresariales y demás hechos generalizados, los cuales son asumidos por los individuos, son la cultura de la sociedad.

Frente a la cultura “individual”, que reconoce la formación que los sujetos tienen en determinadas materias y que se resumiría en la cultura de tal persona, aparece otro tipo de cultura “social” que nos hace ver que las personas tienen patrones comunes sobre el bien o el mal, lo correcto o lo incorrecto, lo apropiado o lo inapropiado, así como actitudes semejantes respecto al medio social en que viven.

La cultura individual es el fruto del esfuerzo o capacidad de una persona concreta, mientras que la cultura social es parte de nosotros mismos y la damos por supuesta; aunque no es así, ya que es la característica de una determinada sociedad, a la que se ha llegado como fruto del devenir histórico.

La cultura individual sirve para ilustrarnos y para admirar a la persona que la posee. La cultura social proporciona el conocimiento y las técnicas que permiten sobrevivir a un colectivo concreto y que está organizado socialmente.

 

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