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* EL LEJANO HORIZONTE
El lejano horizonte es una raya
en la que se confunden mar y cielo;
allí azulea la mar, trenzando vuelo
y el cielo se humedece y avasalla.
Allí calla la mar y el cielo calla,
sumidos ambos en el mismo anhelo.
El lejano horizonte es como un velo
donde el aire se aquieta y se desmaya.
Cielo y mar, uno solo, sus espejos
quiebran el sol en múltiples reflejos
sonrojando su luz en la alborada.
Allá, en el horizonte, confundidos
la mar, el cielo, el alba y renacidos
todos los sentimientos de mi nada.
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CADA RECIÉN NACIDO ES ALGO MISTERIOSO
Cada recién nacido es algo misterioso
una dádiva nueva y una nueva esperanza,
una aurora de vida que a la vida despierta
como una primavera feliz y luminosa.
Cada recién nacido es ofrenda y caricia,
un preludio de rosa que promete un futuro,
un ánfora de carne sonrosada y suave,
llena del agua viva de una ilusión naciente.
Cada recién nacido, -hombre o mujer-, nos llega
para abrir un camino en las rutas del mundo,
para dejar la huella de su paso en la senda
incógnita, que espera su llegada y su paso.
Palabra, todavía apenas pronunciada,
promesa de horizonte revestida de ensueños,
cada recién nacido es sonrisa y cariño,
semilla vuelta fruto, que el amor ha sembrado,
y nuevo calor frágil... nueva canción que inicia
la escalada de oro a un pentagrama nuevo.
¡¡Qué regalo precioso cada recién nacido,
aurora de una vida que a la Vida despierta!!
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