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Está escrito que el futuro es una fuente de incertidumbre, y salvo los visionarios nadie se atreve a predecir con seriedad hechos o circunstancias que nos vayan a ocurrir no ya dentro de cincuenta, sino dentro de diez años.
Pero, si el refranero avisa que “dentro de cien años, todos calvos” ¿por qué no atreverse a especular en torno al futuro, por ejemplo, del modo de vida de las personas muy mayores?
Veamos, por un lado, que aquellos individuos que sean capaces de valerse, siquiera relativamente, por sí mismos, para vivir solos o en pareja en su propia casa, lo harán (ver noticia al pié número 1) en un minipiso de 30/35 metros cuadrados. De esta singular suerte, reducirán espectacularmente las tareas del hogar, el nivel de sus impuestos (excepto el de la recogida de basuras), el gasto en energía y agua.
Para los que vivan en soledad, o el alojamiento sea más amplio, la solución que aportará la sociedad hipermoderna (la que se nos viene encima) será disponer de la ayuda de un metrorobot, que nos facilitará tal serie de tareas que el problema que se podrá plantear a los psiquiatras será por aburrimiento. (Para más detalles, léase la noticia número 2).
Antes de continuar, téngase en cuenta que, por razones de movilidad y espacio, las soluciones anteriores no son acumulables.
Otra posibilidad que nos ofrece nuestra bola de cristal, especialmente si estamos sin pareja, es vivir en un resolt (no resort, que es un hotel caribeño, sino re, de residencia, y solt, de solteros). Allí personal especializado nos atenderá cuidadosamente, mientras
nuestros familiares o amigos nos podrán ver a través de internet (ver noticia 3 al pié).
Esta solución sí es acumulable a las otras dos, puesto que los resolt en realidad pueden constituirse por minipisos adosados, y los espacios comunes (comedores, jardines, gimnasio, piscina…) podrían ser atendidos por metrorobots muy profesionales.
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NOTICIA 1. Los máximos representantes de UDP y CIMA, que comparecieron en la Comisión Especial de Estudio de las Situaciones de Dependencia de la Comunidad Valenciana, propusieron viviendas de 30 metros cuadrados en régimen de alquiler por 100 euros al mes.
NOTICIA 2. Las marcas Toshiba e Intel han desarrollado sendos productos que aunque aún distan mucho de poder sustituir a un humano, sí que son capaces de realizar tareas básicas en el cuidado de los mayores, e incluso se están poniendo a prueba en centros residenciales.
NOTICIA 3. Los recientes cierres de dos residencias de la tercera edad en Málaga por parte de las autoridades han motivado que familiares de ancianos busquen garantías en los centros geriátricos que aseguren una correcta atención a los residentes. Y en este punto es donde aparece la iniciativa, pionera en la provincia, que ha puesto en marcha el centro geriátrico ‘Pinares de San Antón’. Sus responsables han instalado una cámara, conectada a internet, que permite a través de una clave personalizada acceder ‘en directo’ a las salas donde los ancianos realizan sus actividades diarias, donde comen o donde ven la televisión.
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