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ESTÁ POR VER…
Ángel J. García Bravo.
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Está por ver que, al fin, la paz impere
y se acaben los odios, y la envidia,
que mueran la soberbia y los rencores,
que los hombres se quieran como hermanos
y no haya más violencia.
Está por ver que ya no exista el hambre
y los pueblos se olviden de la guerra,
que los niños no mueran a racimos,
que les dejen nacer y, en un mañana,
dar al mundo su luz y su sonrisa.
Está por ver que no haya más miseria
frente a tanta riqueza acumulada,
que, a pesar del color y del lenguaje,
vengan a ser los hombres una raza
(¡la raza de los hijos de Dios vivo!).
Está por ver… Y solo es necesario
que no se vendan armas a las gentes,
que se termine el tráfico de cuerpos
y el negocio avariento de las drogas.
Está por ver… Y solo es necesario
pensar en los demás, dejar el “ego”
y el amor propio envueltos en olvido
y derramar amor a manos llenas.
Así serán la paz y la esperanza
y la dicha y el gozo, en torno nuestro.
Así, Caín se perderá en lo oscuro
del tiempo y del olvido… Sentiremos
que somos más hermanos y más hombres
y… latirá la paz entre nosotros.
Está por ver, pero si lo queremos,
si dejamos atrás nuestras rencillas,
atrás nuestra ambición, nuestra soberbia
y nuestra envidia, y nuestros egoísmos…
será posible que la paz restañe
las heridas del mundo…¡¡Las de todos!!
Está por ver, pero… ¡¡se logra tanto
con un poco de amor y una sonrisa!!
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Por un lamentable error publicamos en nuestro último número la siguiente poesía encabezada por la fotografía de Mª Victoria Lopesino. Comoquiera que el autor de la misma es nuestro asociado y asiduo colaborador José Luís Ferrándiz Sturm, volvemos a publicarla con la correcta identificación de su autor, con el ruego de que nos disculpen.
Sin Promesas
José Luis Ferrándiz Sturm
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En tu silencio te oigo hablar
de un viaje que no tiene fin
y con tus frases mudas vas
creando mundos para mí.
Y marcan tus brazos la frontera
que nadie podrá ya cruzar.
No temo al frío ni a la sed
ni al puñal ni al dolor.
No habrá mañana, no hubo ayer
sólo aquí, solo hoy.
Sentir que me das un nombre nuevo
que nadie podrá ya pronunciar.
Sin palabras
sin promesas
creces fuerte como hiedra.
Sin palabras
sin promesas
das tu luz entre la niebla.
Es fácil dejarse llevar
por tu voz, por tu piel,
ir con tus ríos hacia el mar,
no esperar, sí creer
y vela mi sueño tu presencia
y no tengo miedo a despertar.
Sé que todo fluye
pero está bien tal como es,
no hay nada que me asuste
en su complicada sencillez
y siento que tengo un nombre nuevo
que sólo tú puedes pronunciar.
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