Es la primera exposición de pintura que se realiza en nuestro local social, y con el fondo de los treinta cuadros que allí se exponen localizo a su autor, que no es otro que nuestro amigo José Luís, y empiezo diciéndole: No he cogido un pincel en mi vida ¿puedo hacerte una entrevista sobre pintura? Y me responde:

 -Pues claro, hombre. Yo te ayudaré un poco.

Después de darle las gracias empiezo por lo más sencillo: ¿Quién es el artista que ha pintado estos cuadros?

 -Un alicantino de 66 años, casado desde el año 1968 con Teresa Campos, y como no la cambio por nadie seguiremos juntos hasta que la muerte nos separe. Tenemos una hija y tres hijos que nos han dado dos nietos, Luís de 10 años y Alejandro de 14, y una nieta, Sofía, de 11, a quien se le da muy bien el dibujo y la pintura; quiere pintar como su abuelo y asiste a clase de Bellas Artes en Madrid. Espero que sea mejor que yo.

Mi padre fue constructor de obras, y, al jubilarse, se metió en el negocio de los muebles con un familiar, y todavía hoy mantenemos la empresa.

Hice la mili en San Javier, en los años 60, y haciendo retratos de las novias de mis compañeros me ganaba unas pesetillas que servían para ir a la cantina a darme buenos almuerzos.

Ingresé en la Caja de Ahorros del Sureste de España en 1971 y me jubilé en 2006, habiendo estado prejubilado desde el 2000. Estuve en la oficina de General Espartero con Roberto Lloréns, mi primer y mejor jefe, sin desmerecer a los restantes, y pasé también por las de Juan XXIII 2º Sector y Avda. de Méjico. No estuve ni un solo día de baja durante toda mi vida laboral. Me gusta tocar el acordeón cuando puedo y lo practiqué durante tres años con un profesor del País Vasco.

Y, entrando en materia ¿el pintor, nace o se hace? -Rotundamente, nace.

Y, ¿cómo se puede llegar a ser un gran pintor?

-Investigando muchísimo. Copiando a los grandes maestros. Pensando muchísimo y trabajando duro. No importando lo económico. La pintura no tiene límites, debe ser espontánea. Desde el siglo XV se intenta llegar a la perfección pero no se ha conseguido ese límite porque no sabemos dónde puede acabar. Respecto a mi pintura estoy en los principios, ya que lo que hago es intentar imitar a clásicos e impresionistas (hago lo que a mí me gusta)  pues  aunque  respeto  el  abstracto,  cubista,

etc. no es esa mi línea, yo soy más clasista, no de clase, sino clásico.

¿Es difícil pintar?

-Yo creo que no. Todo es ponerte, investigar y con ello todas las personas son capaces de pintar. Cada uno puede expresar de forma diferente el arte que lleva en su interior. La prueba es que reclusos, con   tiempo para pensar, lo han desarrollado.

¿Cuáles son tus pintores favoritos?

-Velázquez, como clásico, y Van Gogh como impresionista, un gran pintor éste al que no se le reconoció su obra hasta que se quitó la vida. No vendió nada durante su existencia y hoy sus cuadros son muy cotizados por su sencillez e inocencia. A mí me apasionan, así como los de otros muchos que son buenísimos.

¿Recuerdas cuál fue tu primer cuadro?

-Pues sí. Tenía 13 años y consistía en un bodegón de 25x15 en el que pinté una coliflor, una catalana, un porrón, un cuchillo y una serie de frutas. Estuvo muchos años desaparecido, pero al morir mi madre, en el año 2000, lo encontré en el desván junto a otros muchos recuerdos. Lo restauré y hoy lo tengo enmarcado en mi casa. Me inicié en el dibujo desde muy pequeño en el colegio de los Franciscanos, allá por los años 45 y 46 me salió la vena porque mi madre fue muy buena dibujante; conservo sus dibujos y el Diploma que le otorgaron en el C.P. Muchamiel en el año 1912, y se ve que me trasladó los genes.

¿Cuánto tiempo dedicas actualmente a la pintura?

-Dispongo de poco tiempo por otras ocupaciones y llevo una gran temporada sin pintar, pero cuando me viene la inspiración, lo dejo todo y llego a dedicarle 12 horas al día. Me da para mucho y llego a pintar cinco cuadros en una semana. Cuando me preocupa algo, dejo de pintar, porque lo haría fatal.

¿Continúas pintando con la misma ilusión que cuando empezaste?

-Sí, sí. Cuando puedo le dedico 3 horas y se nota hasta en mi buen humor. Cuando el negocio del mueble no funcionaba todo lo bien que esperaba no tenía ánimos, pero ahora todo marcha perfectamente, gracias a Dios, y lo he retomado con ganas.

¿Encuentras dificultades para exponer tu obra?

-La  verdad   es  que  nunca  lo  había  solicitado  en  ningún  organismo. Lo  propuse  a  JubiCAM  y

agradezco muchísimo que me lo hayan concedido, pues me ha dado ánimos para seguir. Sobre el futuro no tengo ni idea, pero cuento con el ánimo de mis compañeros para repetir. Además, he hecho gestiones en Torrelodones (Madrid) y espero que el proyecto madure. Os tendré informados. Soy un desconocido porque siempre he pintado para mí y no para los demás, pero en JubiCAM me he dado a conocer y espero que el juicio que se emita sobre mi pintura sirva como promoción. La crítica sirve para mejorar, no para creérselo, ya que no me considero vanidoso, así que la admitiré sea para bien o para mal. Siempre me gusta la pintura de los demás, investigo en ella y veo mis propios fallos, los intento enmendar y así estoy aprendiendo constantemente.

¿Dispones de una buena colección de tus pinturas?

-La tengo repartida entre las casas de mis hijos, en mi comercio, etc. ya que en total serán unos 120 cuadros toda mi obra. Desde originales a reproducciones, entre ellas El triunfo de Baco, La rendición de Granada, La maja desnuda, El busto de Velázquez, etc. porque como ya te he dicho me gusta reproducir las grandes obras. Todos los grandes pintores se han copiado unos a otros y sus maestros les han enseñado sus técnicas. Mi maestro siempre he sido yo y por eso aprendo copiando a los demás.

¿Consideras que la inspiración existe o los resultados son consecuencia del trabajo?

-Sin inspiración no es posible un buen trabajo, ocurre igual que en todas las profesiones, hay que estar motivado. Un trabajo con inspiración es un buen trabajo.

¿Cuál es tu último cuadro?

-Lo estoy terminando, está prácticamente acabado. Me gustan mucho las palmeras y he elegido un paisaje campestre donde predomina el trigo y en primer plano una serie de palmeras. El olivo y las palmeras son mis temas favoritos. El retrato es muy complicado y estoy en el principio, tengo que perfeccionarme mucho. Me encantaría hacer retratos en directo, con el personaje delante de mí, aunque hoy es imposible; pero lo conseguiré algún día. Me falta mucho para hacer un buen retrato, pues los que realizo son de fotografías, con el color y la forma ya resueltos. Espero tener vida suficiente para llegar a ello, así que me tendré que dar prisa.

¿Desde cuándo te dedicas en serio a la pintura?

-He ido por etapas. Al principio, con 13 y 14 años, hice varios cuadros. A los 19 también, luego aparqué la práctica hasta los 28, y a partir de aquí ya fue más en serio. Desde el año 2000  hasta  hoy,

por haber coincidido mi jubilación, disponer de más tiempo y estar más relajado, es cuando más he pintado.

¿Cómo descubriste que te gustaba y además que lo hacías bien?

-Bueno, no me he creído jamás la segunda parte de tu pregunta, pues a cuadros que ya estaban terminados les he pasado el rodillo y han desapa-recido; hay cuadros que les he pasado cuatro veces el rodillo, y algún otro que he roto el bastidor sobre una silla porque no salía de mi gusto. Entonces hay que aparcarlo y esperar la próxima inspiración. Y en cuanto a la primera parte de tu pregunta te diré que instintivamente siempre me ha gustado pintar más que estudiar. En la Escuela de Comercio sacaba matrícula en dibujo y en los exámenes mis compañeros me pasaban su papel en blanco, y me daba tiempo para hacer unos cuantos antes de entregar el mío.

Y para terminar, dales un consejo a los que quieran iniciarse:

-Dios, al acabar su obra, dijo “…y esto es bueno” y lo dejó. Cuando empieces algo y te guste, lo dejas; y si no, rectifícalo hasta que te satisfaga. A los jubilados les digo que es el momento de ponerse a pintar, pueden llevar oculta su aptitud artística y a la vez desarrollarán muchas capacidades y descubrirán cosas que no pudieron expresar en años anteriores.

Agradecido por tu colaboración y tus consejos. Voy a comprarme los pinceles, la paleta, el bastidor, la tela y las pinturas. Ya te enseñaré mi primer cuadro.